Replica a
José Borrini (h)
“Las injurias tienen una gran ventaja sobre los
razonamientos: la de ser admitidas sin pruebas por una multitud de lectores.”
Alessandro Manzoni
No te conozco y creo que no me conocés a mí. No conozco nada de tu familia y vos creo que no conocés nada de la mía. Sin embargo creíste tener el derecho a opinar sobre ella públicamente fundándote en nada más que comentarios que escuchaste de terceros.
Soy sobrino del intendente municipal Eduardo Accastello, soy hijo de su cuñado e hijo de su hermana.
Sí, soy hijo de esos mismos que según vos tienen “una colección de propiedades millonarias” y que “progresan económicamente junto a su carrera política”.
Por eso vengo a ejercer mi derecho a réplica como hijo, frente a tus dichos totalmente carente de sentido y fundamento. Estos dichos totalmente falaces cuya única intencionalidad fue lesionar el honor y la dignidad de mis padres. Lo lograste, en medio de la opinión política introdujiste una cuestión personal que me afecta y que afecta a mi familia entera.
No vengo a responder por el señor intendente municipal, no quiero que esto se malinterprete o se transforme en una cuestión política. Yo no milito en ningún partido ni ninguno de mis padres lo hace activamente, ni yo ni mi familia tenemos interés político de algún tipo más allá del que puede tener cualquier persona y mucho menos, por lo que se ve, del interés que tenés vos.
Mi padre nació en Ordóñez, un pueblo pequeño del Departamento Unión, se recibió como contador público hace más de 25 años, terminando su carrera seis meses antes de lo que establecía el plan de estudios. Es también asesor de Marketing y Recursos Humanos.
Por la mañana trabaja como funcionario de la Universidad Nacional de Villa María, a la tarde da clases en la misma Universidad. Asesora a empresas de la ciudad y durante dos días viaja a distintos puntos de la provincia. Trabaja de lunes a sábado, por la mañana y por la tarde.
Mi madre es oriunda de La Palestina, un pueblo aún más pequeño, estudio Magisterio en Villa María, fue maestra primaria por 15 años, es licenciada en Ciencias de la Educación y es directora del “Centro Educativo José Ingenieros”.
Mi mamá trabaja de lunes a viernes, cinco horas por día y su tarea no termina ahí: mis hermanos y yo podemos dar fe de que su trabajo continúa en nuestra casa.
Mis padres son gente que salió desde bien abajo, que empezó de cero, que siempre la lucharon y que a base de esfuerzo lograron lo que tienen. Son gente que tuvieron un sueño: formar una familia y que sus hijos puedan vivir dignamente. Trabajan día a día para ello.
De ello puede dar fe cualquier persona que realmente los conozca y a la cual puedas preguntarle: nadie va a hablarte mal de ello.
Somos cuatro hermanos: Juan Manuel, María Emilia, María Victoria y Agustín. La mayor y yo estudiamos en Córdoba carreras que no ofrece la UNVM.
Vos no tenés una idea del esfuerzo que mis padres hacen para darnos la posibilidad de poder estudiar en la Universidad. No tenés conciencia de la dedicación y la fuerza que ponen día a día para darnos una mejor vida. No somos millonarios, ni mucho menos. No nos falta, pero tampoco nos sobra.
La “colección de propiedades millonarias” no existe más allá que en tus mentiras, en tu imaginación, en la imaginación de las personas de las cuales oíste esta farsa.
¿ Quién te creés que sos para poner en duda lo que mis padres hicieron y construyeron con tanto esfuerzo por casi 25 años? ¿Quién te dio el derecho a opinar tan impunemente? ¿A llamar ladrones a personas que nunca en su vida obtuvieron ni un favor político, que todo lo lograron, lo hicieron por mérito propio, a base de horas de estudio, de horas de trabajo, de dedicación y de esfuerzo? ¿Cómo te creés que se sienten mis padres viendo como un joven con escasa experiencia de vida y escasa formación académica, fundándose en nada más que dichos de terceros se atreve a tratarlos como delincuentes, a ellos, personas que se deslomaron para tener lo que tenemos?
¿Cómo te pensás que se siente Agustín, que tiene 10 años y no sabe nada de política, de manejos políticos y de intereses, pero que sin embargo tiene que ver, confundido, como mi madre llora por lo que alguien escribió en una nota de un periódico? ¿Cómo te pensás que yo me siento leyendo a la distancia como un joven acusa a mis padres, a los cuales veo todos los días trabajar por mí y por mis hermanos? ¿Cómo te pensás que me siento yo estando lejos viendo sufrir a mis padres por tu culpa?
Te equivocaste y te equivocaste con las personas equivocadas que es aún peor, lo que hace equivocarte aún más. Nunca es igual la verdad de uno, que tener que escucharla por otro. Vos deberías saber que nadie puede deshonrar y desacreditar a otro, que nadie puede endilgarle a otra persona una conducta disvaliosa y nadie puede lesionar la dignidad de la otra persona. Nadie tiene el derecho a opinar sobre otra persona a su antojo sin ningún tipo de fundamento como vos lo hiciste.
Como dijo un emperador romano: “No lo hagas si no conviene, no lo digas si no es verdad”.
Sinceramente me da pena por vos, que con tan corta edad haya tanta malicia y tantas mentiras en tus palabras. Dios te salve a vos.
Juan Manuel Poncio
33359298
jmponcio88@hotmail.com
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