Los niños leen poco, sólo por una obligación escolar y los padres tampoco lo hacen, porque trabajan muchas horas. Esa fue la hipótesis elaborada por alumnos de sexto grado de la escuela Doctor José Bianco que luego fue revalidada tras una profusa investigación.
Los estudiantes de 11 años de Ciencias Sociales, con la coordinación de la docente Jacqueline Fillmore, trabajaron sobre el tema y lo titularon “Lectores desconectados”. El proyecto llegó a la instancia nacional de la Feria de Ciencias y Tecnología, que se desarrollará entre el 7 y el 11 de noviembre en Santiago del Estero, luego de sortear la faz provincial, que se concretó en Santa María de Punilla.
La idea era fijar posición en cuanto al hábito de la lectura de padres e hijos. Se vio que en otras épocas las bibliotecas llegaban a robarse unas a otras porque era un prestigio tener libros, pero el acceso estaba limitado a hombres ricos.
Ahora, con una accesibilidad sin precedentes a cualquier material, por la explosión de Internet, sin embargo, no se lee.
“El único vínculo del sujeto con la lectura es la escuela”, subrayó Jacqueline Fillmore al dialogar con EL DIARIO en un aula de la escuela Bianco.
El grupo entrevistó a alumnos y padres, y también a libreros de la ciudad, quienes “reconocieron que sin el docente, no hay lectura”.
En las encuestas efectuadas sobresalieron algunas curiosidades: el 78% dijo que le gustaba regalar libros, pero sólo el 17% confió que le agradaba recibir ese tipo de regalos.
En las mismas, la docente reconoció un “doble discurso” de los padres. “Me shockeó, porque existió un discurso aprendido para satisfacer a la escuela y que distaba de la realidad.”
“No se valora a la lectura. Leer es comprender, modificar, interpretar, apropiarse. Cada lector es diferente frente a un mismo libro. Es preocupante que, además, la lectura no se socialice, no se comparta. No se habla de libros.”
La educadora advirtió que el vínculo madre e hijo a través de un cuento infantil también desapareció y que ese papel muchas veces lo toman los abuelos.
También, consideró que muchas veces los progenitores desalientan las elecciones de material bibliográfico realizadas por sus hijos.

El uso de Internet

El proyecto arrojó que no se consume ningún tipo de revistas y que se leen muy poco los diarios.
La radio apareció como el medio de información por excelencia, en tanto que la televisión se coronó como una señal de entretenimiento.
“Hay una alfabetización digital, pero se usa Internet para bajar música, vídeos, para entretenimiento y no para otro fin. El libro electrónico no existe en el vocabulario”, reveló Fillmore a este matutino.
Otro dato significativo es que sólo el 5 % de los encuestados es socio de la biblioteca.

¿Y ahora?

Ante este cuadro, detectado por el trabajo que llegó a las instancias nacionales de la citada feria -siendo así la única escuela de la región que logró llegar a tan lejos- se decidió solicitarle a la directora Ana María Gamacchio que abra las puertas de la biblioteca y la sala de computación al público.
Asimismo, los niños de sexto grado que dieron vida a este proyecto se constituirán en modelos de lectura para los pequeños de primer grado.
- ¿La escuela tiene responsabilidad en esta situación?, consultó EL DIARIO a la docente Fillmore.
- “No. Esta escuela, no. Desde siempre ha incentivado el hábito de la lectura y, de hecho, las conclusiones indican que sin escuela no hay lectura.”
“Siempre digo que si uno empieza a leer un libro y no le gusta tiene la posibilidad de elegir otro. Hay que leer por placer, es una actividad que hace a la construcción del yo, de la ciudadanía. El que no lee no tiene sentido crítico, no sabe expresarse. Me pregunto siempre qué ciudadanos vamos a mandar al mundo”, manifestó.
La profesional concluyó que “este establecimiento tiene un fuerte compromiso con este hábito, pero no recibe libros por parte del Gobierno”.
Cabe consignar que se realizaron cerca de 300 encuestas para este trabajo.