El conflicto municipal tuvo ayer una jornada de acercamiento que reabriría la instancia del diálogo. Los manifestantes que apoyan a cuatro trabajadores cesanteados la semana pasada por la comuna y quien conduce la misma, la intendenta María Cristina Barbisán, además del secretario de Gobierno Adrián Cejas volvieron a verse las caras tras el feriado del lunes, por celebrarse el Día del Empleado Municipal.
María Teresa Romero, secretaria General de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) provincia de Córdoba, y Oscar Mengarelli, secretario Adjunto de la misma entidad y General de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) a nivel provincial, fueron el rostro de los empleados despedidos. En el despacho de la Intendencia, donde permanecieron alrededor de una hora, hubo un "tira y afloje", donde la estabilidad en los puestos públicos "se confunde y se hace efímera", indicaron lo gremialistas.

La prioridad

"La prioridad son los cuatro jornalizados, por los que se abre una instancia de diálogo siempre bienvenida", dijo Mengarelli.
Respecto a su participación y la de Romero, indicó que la de ayer "fue una jornada para aflojar tensiones", aunque remarcó que "los jornalizados que no puedan volver a trabajar quedan arrojados a la nada". En ese aspecto, los manifestantes también dejaron en claro que "la lucha no se abandona".
Sin embargo, las respuestas por parte del Ejecutivo municipal no fueron las mejores, según los gremialistas: "Nos dicen que volverán a trabajar 'cuando se calmen las aguas', pero no sabemos en concreto cuál es el significado para ellos de ese concepto", explicó Mengarelli.

En Trabajo

Respecto a las gestiones avanzadas para que la Secretaría de Trabajo de la provincia a cargo de Omar Sereno cite a las partes, el gremialista sostuvo que el expediente se inició por parte de ATE con anterioridad, por lo que se deberá concurrir a Córdoba ni bien se fije fecha.

El afuera

Además de algunos trabajadores municipales playosenses, fuera del edificio municipal estuvieron afiliados a ATE Villa María y Córdoba, un grupo de integrantes de la Túpac Amaru delegación Córdoba capital y un puñado de miembros de otras organizaciones sindicales.
El paro de actividades en el Corralón, donde se desempeñaban los trabajadores cesanteados, fue parcial. Luego, la asamblea aceptó someterse "a un compás de espera, porque prospere el diálogo", concluyó Mengarelli.