El juez René Gandarillas le impuso ayer una pena de 12 años de prisión al hombre que durante largo tiempo sometió a diferentes prácticas sexuales a los hijos menores de quien era su pareja, al dictar la sentencia en el proceso que se le siguió en la Cámara del Crimen de Villa María.
Finalmente, Juan Manuel Gauna fue declarado autor responsable del delito de “abuso sexual gravemente ultrajante, doblemente agravado y reiterado”, y deberá pasar como mínimo ocho años en la cárcel antes de intentar obtener la libertad en forma condicional.
Gauna había sido inicialmente procesado como supuesto autor de “abuso sexual simple reiterado”, que es sancionado con prisión de seis meses a cuatro años, pero durante el proceso oral el fiscal Francisco Márquez cambió la calificación legal, imputándole el delito de “abuso sexual con acceso carnal, gravemente ultrajante”, cuya pena mínima es de cuatro años de encierro.
Un grave delito
En la víspera, tras concederle “la última palabra”, el juez Gandarillas terminó condenando a este gasista y electricista de 49 años de edad por el delito de “abuso sexual gravemente ultrajante, doblemente agravado y reiterado”, en los términos del artículo 119, párrafos 2º y 4º, incisos b y f, del Código Penal de la Nación.
Dicha norma legal prevé un castigo que va desde ocho hasta 20 años de prisión para quien “abusare sexualmente de persona de uno u otro sexo, cuando ésta fuera menor de 13 años (...); cuando el abuso, por su duración o circunstancias de su realización, hubiere configurado un sometimiento sexual gravemente ultrajante para la víctima, y el hecho fuere cometido por el encargado de la educación o de la guarda, aprovechando la situación de convivencia preexistente con el mismo”.
Enemigo íntimo
Esto quiere decir que Gauna sacó provecho de su permanente presencia en el domicilio que ocupaba junto a quien era su pareja, madre de los menores abusados, para someterlos a prácticas sexuales de diferente índole, aunque sin acceso carnal (es decir que ninguno de los chicos fue violado), según se desprende del fallo dictado por el magistrado villamariense.
Una de las características más sorprendentes de este proceso fue la circunstancia en que terminó compareciendo Gauna, ya que se encontraba en libertad porque el delito que le atribuían en un primer momento era excarcelable.
El asunto es que como no se presentó ante un llamado de la Justicia, el ahora condenado abusador fue declarado en rebeldía y se ordenó su detención, medida que se cumplió el pasado 26 de octubre.
Desde entonces, Gauna está privado de la libertad y, de quedar firme el fallo dictado en la víspera, tendrá que pasar como mínimo las dos terceras partes de la condena impuesta (hasta fines de octubre de 2017) para, recién entonces, solicitar el beneficio de la “libertad condicional” y aguardar que la Justicia se lo conceda, previa realización de una pericia psiquiátrica y de un informe carcelario de buena conducta.
Mucho dolor
Segundos después que la secretaria de la Cámara, Gabriela Sanz, diera lectura a la parte resolutiva de la sentencia, y mientras los agentes del Servicio Penitenciario esposaban y sacaban rápidamente de la sala a Gauna por razones de seguridad, la ex pareja del abusador y sus hijos se abrazaron efusivamente y estallaron en lágrimas de profundo dolor.
La hija adolescente de la mujer, visiblemente conmocionada por las circunstancias, lloraba desconsoladamente y mientras le decía a su madre “ya está mamá, ya está”, daba rienda suelta a su bronca diciéndole al condenado “¡hijo de puta!”.
Poco después, la denunciante dialogó brevemente con la prensa y aún entre sollozos afirmó: “Fue de terror, fue horrible, fue un infierno... estos siete años fueron un infierno”.
- ¿Más que nada porque él estaba en libertad?
- “Porque se cruzaba a las criaturas, porque les decía cosas, los miraba... pero ya está, ya está, ya pasó.”
- ¿Está conforme con los 12 años?
- “Así hubiese sido un año, ellos necesitaban que a él le dieran una penitencia.”
- ¿El proceso fue demasiado largo?
- “Sí, sí... pero ya está, ya está... se hizo justicia.”
Las fotos:
1- Juan Manuel Gauna escucha a su defensor, Antonio Broggi, poco antes que se conociera el fallo del juez René Gandarillas. Luego del veredicto condenatorio, el abogado se retiró de Tribunales sin formular declaraciones
2- La madre de los chicos abusados por su ex pareja se sentó a la par del fiscal Márquez para escuchar el veredicto. Después hubo insultos, gritos y llanto
3- Conmovidos por el dolor, los chicos abusados (una nena y un varón, hoy adolescentes) se abrazaron a su mamá y a otro familiar tras oír la sentencia
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