“El trasplante de médula fue un éxito, gracias a la ayuda del Señor, los médicos y la hermanita”, dice emocionada Vanesa Díaz (25), la tía de Candela (9), a EL DIARIO.
Es la mañana del viernes y todo es alegría en la casa de Malvinas Argentinas 30 de barrio Los Olmos, donde habita la pequeña con su familia.
Candela fue trasplantada en el Hospital Privado de Córdoba el 10 de noviembre pasado (había sido internada diez días antes) y la donante fue su única hermana, Fiama, de seis.
Hijas de Luis Sepúlveda (30) y de Andrea Díaz (29), son protagonistas de una dolorosa y conmovedora historia que terminó de la mejor manera: ambas sonrientes y en perfecto estado de salud.
Decenas de personas las esperaron en la noche del jueves con enorme afecto y les expresaron su alegría por la recuperación.
La operación era la única salida para combatir el cáncer que padeció la niña, quien debió soportar -desde que se constató la enfermedad, hace dos años- numerosas internaciones.
“Ella es muy fuerte, una remadora, que la vino luchando. Había tenido muchas recaídas, por las bajas defensas, la fiebre, pero desde el trasplante todo cambió, aunque en un principio ha tenido fiebre y no comía. Ahora come por todo lo que no comió”, dijo, con una sonrisa, la tía a este matutino.
“Esperemos que 2010 sea un mejor año y que no tenga que ir más a un hospital”, deseó Vanesa.
Las nenas concurren a la Escuela República de Bolivia, Luis trabaja en una fábrica y Andrea es ama de casa. Cuando el jueves llegaron a Villa Nueva, Candela se largó a llorar por la emoción que le causó tanto amor de la gente.
Fiama ya había conseguido el alta el mismo día de la delicada intervención quirúrgica y cuentan que jugó y bailó.
Ahora la niña de nueve años comenzó una nueva etapa de su vida, luego de la tremenda lucha que soportó. “A ella le gusta mucho bailar”, confió su tía, con una alegría que compartimos todos.
Brenda. Ayer Villa Nueva estaba expectante por otro caso similar, el de Brenda, que era sometida a una delicada operación, con su hermanito como donante.