|
|
|
|
|
|
|
Desde la Fiscalía de Instrucción del Segundo Turno, a cargo de Atienza, sólo confirmaron la elevación de la causa a juicio, y se llamaron a silencio |
|
|
|
|
|
El misterio del crimen de Lucrecia Gómez podría develarse antes de fin de año, si es que el único acusado se quiebra y cuenta “su verdad” ante el tribunal que lo juzgará.
El fiscal Gustavo Atienza elevó a juicio la causa y probablemente antes de fin de año el joven imputado Mauro Barrionuevo (21) se siente en el banquillo de los acusados de la Sala de la Cámara del Crimen.
Barrionuevo llegará a esa instancia crucial del proceso sin haber abierto la boca: durante la instrucción del enigmático caso se abstuvo de declarar, guardándose para sí las respuestas de los numerosos interrogantes que envuelven al crimen, y que los investigadores no han podido descifrar.
El móvil del asesinato es una intriga: no se conoce por qué Barrionuevo la habría matado.
Lucrecia fue hallada muerta a las 6.20 de la mañana del 5 de octubre de 2007, con un disparo en el costado derecho del tórax y otro en el parietal izquierdo en las afueras de Villa María. Las balas mortales salieron de un revólver calibre 22 largo que no tenía marca identificatoria a la vista.
El asesinato se produjo en la tarde del jueves 4. A la denuncia de su (por ese entonces) “supuesto” fallecimiento la realizó Barrionuevo, poco después de la medianoche de ese día. Según dijo el joven, ambos circulaban en motocicleta cuando en la prolongación de la avenida Savio, a unos 2.400 metros de la Fábrica Militar de Pólvoras, la chica le habría solicitado que detuviera la marcha para orinar. Minutos después de que la joven de 25 años se internara unos metros en el montecito ubicado a la vera del camino, siempre según el relato del muchacho, él oyó la detonación fatal. Pero demoró seis horas en efectuar la denuncia policial, insinuando un suicidio, cosa que las pericias descartaron. Barrionuevo quedó seriamente comprometido y nunca se defendió de la gravísima acusación de la Fiscalía: “Homicidio agravado por el uso de arma de fuego”, que establece una pena que va de los 8 a los 25 años de prisión.
La droga deambula durante todo el expediente, que tiene cuatro cuerpos. “No se pudo establecer que ella o él vendían droga, pero sí que consumían”, confirmó una calificada fuente. “Eran pareja desde hacía un tiempo y fueron a ese lugar (donde fue hallada muerta) a fumar marihuana”, agregó.
Los investigadores descartan de plano un móvil pasional. Pero no pudieron encontrar una explicación del asesinato. “Se constató todo lo que hablaron antes del crimen por mensajes de texto del celular, se verificaron todas las llamadas que hicieron y no saltó nada”, aseveró una fuente.
Lucrecia juntó dinero en las últimas horas de su vida, aparentemente para pagar una deuda. Cuando la hallaron habían desaparecido sus objetos de valor, como un mp3 y alhajas.
Mientras que algunos amigos creen que la mataron porque vio algo que no tenía que ver, los investigadores no descartan que la droga haya sido el detonante del asesinato.
Otras notas de la seccion Policiales/Judiciales
Tres personas heridas de gravedad
Robo en un comercio
Operaron a Maximiliano y continúa en terapia
Incautan arma de fuego y recuperan herramientas
Dos nuevos testigos en un proceso por abuso sexual
|