Escribe: Juan Pablo Morre

En un flojo partido vivido en la “leonera”, San Lorenzo logró una justa victoria por la mínima diferencia sobre Unión Central, provocando así un cambio de emotividad en el certamen, ya que ahora se avecina una segunda ronda con cinco equipos con serias chances de pelear por el ascenso.
El partido, en su desarrollo general, fue mal jugado, muy cortado, de constantes infracciones, imprecisiones y, además, muy accidentado. Dentro de ese panorama, la visita se vio complicado al perder dos jugadores (lesión de Bolatti y corte en la cabeza de Arias) pero se sobrepuso en cuanto al juego, ya que siempre controló bien al local y, además, mostró algo más para atacar.
Por lo que, en uno de los avances que logró hilvanar por las bandas pudo tener ese claridad que tanto le costó mostrar y terminó marcando lo que fue, a priori, la única conquista de la tarde por intermedio de Viotto.
Dentro de un desarrollo mediocre, de pocas luces e ideas, lo mejor del encuentro se vio reflejado en lo que, cuando pudo, realizó la visita con apariciones individuales (Vos y Ellena, principalmente, y en lo poco que tuvo Lucas Bolatti).
Mientras que en el juego colectivo ninguno de los dos equipos logró implementar un juego convincente o atractivo; es que, las infracciones se vieron al por doquier, al igual que la imprecisión, lo que conspiró a que el partido nunca levante vuelo.
En el local, que tenía en su plantel individualidades que podía dar algo de ilusión, nada pasó porque realmente tuvo un flojo partido, sin crédito atrás, mínimo juego en la mitad y nula peligrosidad en ofensiva.
Mientras tanto, la visita, con un libreto más efectivo y más claro (seguridad defensiva y tranquilidad para ir acomodándose a lo que ofrecía el partido) siempre mostró una pizca de superioridad en especial cuando Vos o Ellena lograron entrar en acción por la bandas.
En el comienzo, el equipo de Luis Chavarría se ubicó en campo contrario, dominó el balón con los hermanos Acevedo y mediante la movilidad de sus juveniles delanteros inquietó a su rival, teniendo dos chances muy claras, ambas desde los pies de “Master” Acevedo, quien igual le faltó ser más efectivo en sus definiciones.
Pero llegó una infracción desde atrás a Bolatti (hasta ahí lo mejor de la cancha), quien debió salir por un fuerte golpe en la zona lumbar, y el conjunto perdiceño resignó peso ofensivo y una referencia para desnivelar, pero además el partido entró en un hueco futbolístico.
Para conocer y solucionar, el jugador (de tan sólo 17 años) debió aguardar con mucho dolor en el piso al lado del banco de suplentes el arribo de una ambulancia (que llegó 30 minutos después) que lo trasladará a un centro de salud.
En cuanto a lo que acontecía en el partido, Unión, por su parte, fue puro intentos en vano, cometió muchas faltas y sólo se acercó con pelotazos improductivos y alguna que otra pelota parada, pero sin lograr poner en apuros a Pereyra.
En el complemento, todo continuó en la misma tonalidad. Ambos elencos buscaron pero sin la claridad ni la profundidad necesaria para lastimar en un trámite muy cortado, hablado y sin nada de atracción.
Al ver un equipo sin juego, el técnico “aurinegro” mandó a la cancha a Casas y Rojas en dicha etapa, pero nada cambió, porque si bien el “Negrín” le dio algo más de precisión, su equipo continuó careciendo de peligrosidad en sus avances, los que fueron muy predecibles para la última línea rival.
Mientras tanto, con intermitencias, San Lorenzo se arrimó a Bustos con mayor peligro cuando Ellena logró escaparse por su banda o en alguna corrida de Vos por el otro costado. Este último, justamente, encabezó un ataque por su sector y esta vez pudo mandar la pelota al corazón del área para que Viotto pusiera el pie y defina al palo lejano de Bustos.
Con el 1-0 en contra, Unión pese a sus esfuerzos de ir más arriba, no llegó al empate y terminó siendo pura impotencia. Por lo que, terminó sufriendo su primera caída en el torneo frente a un San Lorenzo que festejó el triunfo ya que los tres puntos lo meten nuevamente de lleno en la discusión por los primeros puestos.

El árbitro
Luis Salinas, por más que supo controlar un partido de muchas infracciones, a veces no dio garantías en su fallos, quedó lejos de las acciones, y obvió faltas (y algunos golpes) muy claros. Amonestó con criterio.

La figura
Franco Vos, por más que a veces se equivocó con la pelota, fue un tractorcito por su sector, se brindó como salida y para ayudar defensivamente, y dio la asistencia del gol. También fue bueno lo de Ellena y Scagliarini. En el local, sólo los minutos de Casas.