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Mientras el peronismo da rienda suelta a su interna, el radicalismo espera.
Mientras avanza la confrontación entre duhaldistas y kirchneristas, los radicales intentan mantenerse unidos, como pueden.

Es que los seguidores de Alem e Yrigoyen consideran que tienen “una gran oportunidad” de regresar al poder y no quieren caer en el error.
Así lo confiesan la mayoría de los dirigentes de peso que usan la boina blanca y recuerdan los tiempos de gloria.
“No podemos cometer los errores del pasado”, aseguró un experimentado y asiduo concurrente al comité de calle Tucumán. “No tenemos que mostrar las cartas, hay que esperar.”

En esa espera, no tan dulce, se mezcla la posibilidad de adelantamiento de las elecciones provinciales y municipales, la interna abierta de agosto de 2011 y la liturgia peronista que por estos días está ganando el territorio cordobés.

“Los radicales tenemos varios candidatos”, dijo el abogado Luis Caronni (ver página 8).
Lo tienen, sin duda. Para la Casa de las Tejas Mario Negri no descarta su participación, el riocuartense Miguel Abella trabaja para posicionarse y Oscar Aguad sigue en las preferencias de numerosos correligionarios por su activo trabajo en el Congreso de la Nación y la buena performance demostrada en las elecciones del pasado 28 de junio.

En Villa María, la danza de los nombres agita pañuelos. Miguel Olaviaga, Gustavo Lazzuri, el ya lanzado Gustavo Bustamante de la mano de Miguel Veglia, entre otros, andan rondando en las esquinas cercanas al Palacio municipal.

Pero, en política nunca está dicha la última palabra y el diablo siempre busca meter la cola.

La posibilidad de que el peronismo termine unido es un motivo que genera preocupación en los analistas de la casa de Tucumán.
No falta quien hace cuentas pensando en una fórmula “De la Sota-Accastello” o mira de reojo y sin pestañear la tarea de Luis Juez en el Senado o imaginan a Raúl Costa como el candidato oficial del PJ.

Nada es descartable

“Córdoba no es fácil y los peronistas se pelean y luego se abrazan sin sonrojarse”, remarcó un conocedor de la política mostrando la tapa de EL DIARIO con la foto de Juan Schiaretti y Eduardo Accastello fundidos en un abrazo (apenas de ocasión y frío pero abrazo al fin).
Nada es descartable. Ya Eduardo Duhalde a punto de venir a Córdoba en mayo dijo en Rosario a sus simpatizantes que “para ganar se necesita el voto de todos, hasta de los perros”.
Una frase que deja claro que “la unidad del PJ” es fundamental más allá de las enemistades y de las conveniencias.
Y con ese mensaje lo envió a Eduardo Mondino a transitar los caminos cordobeses.

Ya la presidenta Cristina estuvo en Porteña y habló de “paz y unidad” sin meterse en el terreno partidario que está en manos de su marido Néstor.
Precisamente, tal como informamos en esta misma columna la semana pasada, el diputado nacional presidirá un acto en Forja el próximo 6 de mayo.
Toda esta movida, es seguida de cerca por los principales dirigentes de la Unión Cívica Radical que no están dispuestos (así lo dicen) a dejarse llevar por el juego de sus principales adversarios.

“Nadie puede garantizar que Duhalde y Kirchner no terminen juntos como en 2003 y se repartan la torta. Debemos ser cuidadosos”, opinó un agudo observador de las corridas de toros en política.
En ese “ser cuidadoso” está la decisión de esperar, no largar al ruedo candidaturas por el momento y armar un programa de gobierno que le interese a la ciudadanía.

En política no se puede considerar “muerto” a nadie, los que algunas vez se “mataron” hoy gozan de buena salud, dicen en las tertulias.
“No te olvides que con una oposición toda dividida y peleando espacios, los que tienen el poder siempre terminan beneficiados”, expresó un médico de años de militancia en las filas yrigoyenistas.

Oferta para el cambio

El radicalismo sostiene que por la experiencia “la gente busca cambiar y opta por el perfil contrario al gobernante de turno”.
En este sentido, un dirigente explicó: “Pasó en el 83, la gente quería libertad y nos votó a nosotros porque fuimos la garantía de libertad, en el ‘99 estaba cansada de corrupción y votó al radicalismo, hoy creemos que tenemos que ofrecer un perfil diferente a este estilo de los K y demostrar que somos capaces de gobernar.”
“Todo a su tiempo”, es la consigna.