La joven villamariense Alfonsina Ranz quedó ayer en inmejorables condiciones de ser absuelta de culpa y cargo, luego que un examen pericial corroborara su declaración de la antevíspera, cuando dijo que su cuatriciclo era originalmente de color blanco y que luego lo hizo pintar de negro.
La pericia practicada por el policía verificador Richard Carballo confirmó fehacientemente los dichos de la acusada y echó por tierra las declaraciones del denunciante y de los cuatro testigos que presenciaron el accidente, quienes en la primera audiencia del juicio habían asegurado que el rodado que embistió a Héctor Daniel Quiero, y que luego se dio a la fuga, era de color azul.
Pero no sólo ese peritaje favoreció la coartada de Ranz. Otros cuatro testigos sumaron sus voces de respaldo a la posición exculpatoria, ya que todos afirmaron que el cuatriciclo que posee la joven era blanco y luego fue pintado de negro.
Sin lugar a dudas, la tercera audiencia de debate del juicio que se le sigue a la estudiante de 22 años de edad la dejó a las puertas de un veredicto absolutorio, pero para ello deberá esperar una semana más, ya que la presidenta del tribunal y las partes acordaron un cuarto intermedio hasta el miércoles próximo, a las 17, oportunidad en la que se realizará una inspección ocular en el lugar del siniestro.
La acusación
Alfonsina Ranz está imputada como presunta autora del delito de “lesiones leves culposas” en perjuicio del inspector de Tránsito municipal Héctor Quiero, por un hecho ocurrido a media tarde del sábado 8 de diciembre de 2007 sobre la avenida del Libertador General San Martín, entre Mendoza y Tucumán.
El incidente en cuestión se produjo cuando varios inspectores municipales, acompañados por un efectivo de la Policía, realizaban un control vehicular en la costanera villamariense.
Cuando se encontraban en plena labor, llegó al lugar un cuatriciclo azul, tripulado por dos jovencitas, cuya conductora decidió girar en “U” para evitar ser interceptada por los agentes. Luego de maniobrar para eludir el control, el rodado embistió al inspector Quiero, tras lo cual las motociclistas se dieron raudamente a la fuga.
Como consecuencia del impacto, el funcionario cayó al suelo y sufrió golpes y escoriaciones en brazos, piernas y espalda, por lo que debió ser trasladado a una clínica privada, donde se constató que las heridas eran de carácter leve, asignándosele tres días de curación.
Pericia negativa
La audiencia de la víspera se inició minutos después de las 9 en el domicilio de Ranz, sito en 12 de Octubre 12, esquina Esquiú, en barrio Palermo, donde se llevó a cabo una inspección judicial. Allí se dieron cita la jueza Silvia Saslavsky de Camandone, el fiscal Francisco Márquez, el abogado Luis Caronni (defensor de la joven), la letrada María Paula Miozzo (representante de la Querella) y la secretaria Gabriela Sanz.
Junto a ellos concurrió el policía verificador Carballo, quien revisó minuciosamente el cuatriciclo de la acusada y estableció que era de color blanco, luego de lo cual fue pintado de negro.
La pericia se realizó en diferentes partes de la carrocería del vehículo y en ninguno de los exámenes se encontraron siquiera vestigios de pintura azul.
Concluido el acto procesal, el tribunal y las partes se constituyeron a partir de las 10.30 en la sala de audiencias de la Cámara del Crimen, en el quinto pido del Palacio de Justicia local, donde se procedió a receptarles declaración a cuatro nuevos testigos.
Los testimonios
El primero en comparecer fue Simón Alberto Coyos, amigo del ex agente de Tránsito Marcos Andrés Urquía Pozzi, el testigo que incriminó a Ranz cuatro meses y medio después del hecho.
Coyos, ex vecino de la joven cuando ambas familias vivían en barrio Vista Verde, dijo ayer en la sala que el cuatriciclo que le conoció a Ranz era de color blanco y que luego fue pintado negro.
Luego declaró Jorge David Costamagna, propietario de una agencia de compraventa de autos ubicada en calle Colombia.
Costamagna confirmó que le había vendido un cuatriciclo de color blanco a Juan Ranz, padre de la imputada, aunque no recordaba la fecha de la venta. Asimismo, refirió que tiempo después lo vio pintado de negro.
En tercera instancia testimonió Mauro Andrés López, novio de Alfonsina, quien declaró de manera coincidente con lo expresado por la joven un día antes.
López sostuvo que el 8 de diciembre de 2007 había estado todo el día con su novia en la casa de ella, incluso en la pileta, y que por la tarde la llevó al centro para realizar una serie de preparativos con vistas al cumpleaños de la chica, que se celebró el día 10.
Finalmente compareció el pintor Néstor Fabián Bernardi, quien posee un taller de chapa y pintura sobre calle Santa Fe, media cuadra fuera de la ex ruta pesada.
Bernardi señaló que Ranz le había llevado su cuatriciclo para pintarlo de negro, aunque dijo que no recordaba el color original del rodado. Asimismo, calculó que había realizado ese trabajo “hace unos cuatro o cinco años”.
Por cuestiones de agenda, tanto de la Cámara del Crimen como de los abogados de las partes, se dispuso un cuarto intermedio hasta el miércoles próximo, oportunidad en la que se realizará una inspección ocular en el lugar del accidente.
En principio se había dispuesto que la medida procesal se llevara a cabo a la mañana, pero a pedido de la Defensa se concretará a las 17, es decir el mismo horario en que se produjo el incidente aquella tarde de diciembre de hace tres años atrás.
Epígrafes: 1) El abogado Caronni pregunta, Costamagna responde. Ranz quedó a un paso de la absolución
2) En el domicilio de la familia Ranz, ubicado en barrio Palermo, se realizó una verificación sobre el cuatriciclo de la joven. Se constató que era blanco y que luego fue pintado de color negro
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