Y ahora, ¿quién vendrá a socorrernos? La típica pregunta de la tira “El Chapulín Colorado” bien puede aplicarse para numerosos vecinos del barrio Solares de la Villa.
“Los baches nos han invadido, son parte del paisaje cotidiano, lo único que falta es que le cambien el nombre al barrio”, dijo un residente del sector apelando a la ironía.
Pero...más allá del humor están los inconvenientes que se te hacen carne y uña a la hora de transitar por las callecitas del lugar.
En Porfirio Seppey y Manuel Ocampo, el pozo no te tira azahares ni te da tres luces celestes. Cuando menos imaginaste, es un pantano y se asemeja a una mini pileta de natación con agua mezclada con barro.
Transitar por las calles de tierra para llegar a las viviendas es una verdadera odisea, digna de ser registrada en los récord Guinness.
Esquinas con trampa, bulevar Sarmiento y Florida, trayectos pulverizados por el paso de los colectivos y ni qué hablar de Sarmiento y Requena.
Las callecitas del Solares tienen ese qué sé yo...Ese sabor a luchas, a tristezas y alegrías compartidas. Y también tienen los baches.
Los invasores enquistados, traumatizados y traumatizantes. Los que por el momento, sólo son enfrentados por los sufrientes vecinos.
¿Irá alguien a socorrerlos? Seguramente, las autoridades tomarán nota y enviarán sus máquinas a combatir a esos temibles enemigos públicos.
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