Entrevista:
Gustavo Ferradans
(De nuestra Redacción)

Juan Pigni forma parte de la historia grande del Jockey Club y por qué no, del deporte local. Primero fue protagonista como jugador, donde fue símbolo en ese plantel; y desde los primeros años de este nuevo siglo como entrenador, en donde se convirtió “paso a paso” en el conductor que llenó de gloria a su club, el que dirigió los planteles que más emociones brindaron a los hinchas del “verde” y que realizó el ciclo más importante en la historia del rugby local.
Pero Pigni ya forma parte de la historia que fue escrita y ahora, desde 2011, ya no se lo verá caminar por el costado de la cancha, dando indicaciones a su equipo, arengando a sus jugadores antes de comenzar el juego y manteniéndose fiel a sus premisas.
El entrenador (conocido como “Jhonny”, por sus allegados), el más exitoso en la historia hípica dio por cerrado un ciclo y creyó oportuno dar paso al recambio, que él mismo entiende que era necesario.
Enumerando logro por logro como equipo y lo que alcanzaron individualmente la mayoría de los integrantes del plantel durante su ciclo, lo alcanzado por este grupo de jugadores bajo la conducción de Juan Pigni no tiene comparación con ninguna otra etapa anterior.
Fueron diez años de cambios, de evolución, de aplicar nuevas reglas y de modernizar algunas “viejas” formas de trabajar. Sin dudas que sorprende que se vaya, cómo no va a sorprender que se vaya un técnico que llevó a su club a lograr lo que nadie antes había logrado y que en distintos puntos del país y hasta en países vecinos, hablaran de “el Jockey de Villa María”.

Este final del ciclo merecía un balance y EL DIARIO se reunió ayer con el, ahora ex, entrenador de los “hípicos”.

¿Decidiste dar un paso al costado?
“Sí. Se decidió así, lo veníamos analizando desde hace un par de años, para ver cuál era el momento para salir. El año pasado, después que el equipo salió campeón, consideramos que iba a ser complicado para los muchachos que entraran porque iba a ser muy difícil 2010, fundamentalmente porque íbamos a tener un pequeño bajón, después de haber salido campeones. Asumimos este año ya pensando, desde el principio, en ir preparando algo para tener un recambio de entrenadores, que creo que le va a venir muy bien al equipo.”
¿Se debe a un desgaste personal por la presión de estar tantos años en los principales puestos del rugby cordobés o bien a otro motivo?
“Es un cambio generacional, en ningún momento me sentí abatido, ni cansado, ni saturado. Creo que era el momento para hacer el cambio generacional, inclusive habrá un recambio de jugadores. Empieza a moverse lo que es el plantel, por lo que me pareció que era el momento justo para dar un paso al costado, para que llegue otra generación de entrenadores y empiece a trabajar con un equipo que se mantuvo arriba durante muchos años. No había que esperar para llegar a un bajón más grande para hacer el recambio. Le estamos dando la posibilidad a las nuevas generaciones de empezar sus carreras como entrenadores y con un equipo bastante competitivo.”

Pensar que fue en 2002 cuando empezó a gestarse este nuevo equipo. Ganan la Copa Córdoba (con patada del debutante “Fefe” Ferreyra” sobre la hora) y a partir de ahí se da un cambio generacional en el plantel y comienza a armarse uno nuevo con varios de los nombres que se consagraron campeones en 2009.
“Aquel fue el último partido del año. Se logró ese campeonato luego de tener dos años malos en el Oficial. Ahí metimos varios cambios, con muchos chicos jóvenes y en 2003 completamos el recambio y entramos por primera vez entre los seis primeros para definir al título.”
En 2003, con muchos pibes nuevos, apostaste al cambio, que llegó sobre todo luego de jugar el clásico, con victorias ante equipos que parecían invencibles hasta entonces. ¿Ahí fue el quiebre hacia la nueva etapa?
“Creo que ahí se produjo. Perdimos el clásico y empezamos a ganar. No perdimos partidos importantes y el equipo llegó a clasificarse entre los seis. Luego nos clasificamos al Nacional B. En 2004 logramos el subcampeonato de ese torneo.
Creo que el equipo empezó a crecer desde que entraron a la cancha, el recambio le vino muy bien al equipo. Los otros muchachos venían seguramente agotados, porque empezaron a jugar desde muy jóvenes en la primera, aunque muchos eran chicos de 26 ó 27 años tenían casi diez años jugando en primera. Sin dudas que el recambio le vino bien al equipo, la calidad y la capacidad de los jugadores que entraron se vio durante años y creo que les han dado muchas satisfacciones al club.”

A partir de estos éxitos llegaron a clasificar a los nacionales y ahí también fueron protagonistas...
“Ahí se notó lo corto del plantel. Pasamos la primera fase y ahí empieza a notarse lo corto que era, por las lesiones o los compromisos laborales y de estudio. Creo, de todas maneras, que este grupo de jugadores le ha dado una gran satisfacción al club. Espero que la sigan dando, porque el tesoro de toda institución está en los jugadores que tiene. Luego hay que llevarlos y entrenarlos de la mejor manera para que entren a la cancha con las posibilidades de competir en todos los partidos.”

Algo que habla de la riqueza del ciclo es la cantidad de jugadores que llegaron a la selección nacional. ¿Lo sentís igual?
“Eso también es mérito de los entrenadores de juveniles. Hace muchos años que vienen realizando un gran trabajo.”
¿Sos consciente que a cualquiera que venga no le va a ser fácil repetir un ciclo similar, igualarlo o superarlo?
“Creo que sí, habría que tratar de seguir mejorando. Creo que ése es el desafío. Siempre es importante, cada vez que alguien asume una responsabilidad, tener un desafío adelante y ahí es donde empieza a verse la aptitud de cada persona, de la entrega, de la capacidad del grupo para observar los cambios, la evolución y para seguir creciendo, independientemente de los resultados. Si recuerdan cuando me hacían un reportaje nunca hablábamos de resultados, no dije nunca de ganar, perder, de salir primero o último. Cada jugador cuando entra a la cancha tiene que saber eso. Hay veces que no se dan los resultados, pero con trabajo y esfuerzo con el tiempo se dan. Esto no es producto de nada mágico ni de una persona ni de alguien mucho más hábil, preparado o inteligente que otro. Esto es producto del trabajo de un grupo de jugadores que creo que lo van a seguir haciendo y dando satisfacciones al club.”

Vos también estableciste reglas, códigos, normas y hasta una filosofía en la forma de trabajar que muchos elogiaban y otros criticaban por lo bajo. Ser amigo de los jugadores, compartir distintos espacios, pensar siempre a corto plazo (el famoso partido a partido), cábalas, entre otras tantas, fueron cosas nuevas para el rugby local.
“Independientemente del juego que uno planee ejecutar dentro de la cancha, afuera se tiene que manejar de alguna forma. No creo que exista una fórmula para el éxito, ni para ganar. Cada uno aplica lo que cree y está convencido y no renuncia a eso. Sin dudas, al final del camino, se ven los resultados, porque esto es primera división y no rugby infantil. No hay una fórmula, pero la que uno use en primera división tiene que dar resultado. La nuestra lo dio y es lo que esperábamos. Muchos creían que nosotros no buscábamos ganar, pero con cada actitud que tomamos y con la metodología de cómo manejarnos adentro y fuera de la cancha lo que siempre buscamos fue ganar. No hay un técnico de primera que no quiera ganar.”

¿Qué balance hacés de estos 10 años?
“Fueron muy buenos, hemos disfrutado tanto el cuerpo técnico, como el grupo de jugadores, los dirigentes y todo el club, ocho años realmente muy buenos que nos han dado satisfacciones y creo que todos se tienen que sentir partícipes de estos logros, porque ha sido la consecuencia del trabajo de todo un club, no de determinadas personas, por eso creo que lo disfrutamos todos y hemos atravesado momentos difíciles y muy buenos. De eso se trata también, demostrar de qué madera estamos hechos y nos obliga a tratar de salir de esa situación y ahí estamos demostrando la capacidad para afrontar esas dificultades.”

¿Que Juan Pablo Frúgoli (quizás el mejor jugador que haya tenido el rugby villamariense para muchos) y Pablo “Urpila” Sessarego sean tus remplazantes, es un indicativo que se hicieron bien las cosas?
“Creo que sí. El cambio es correcto. Les tenemos mucha confianza y mucha fe. Va a depender de ellos, de cómo se manejen con el grupo y en distintos aspectos del juego. Vamos a seguir trabajando con “Pato” Noriega, así que en eso no habría problemas, me parece que tanto los entrenadores del club, como la subcomisión de rugby están convencidos que éste es el camino. Tienen el apoyo de los jugadores y el resto de la gente del club para empezar a trabajar y demostrar que esto es un camino que se va a seguir.”

¿Cuál será tu función de ahora en más?
“Todavía no hemos determinado cuál será mi función. Sin dudas que es muy difícil que uno pueda alejarse del club y que no participe de alguna forma. Muy probablemente se trate de alguna actividad que no esté relacionada directamente con el campo de juego, sino alguna otra. Hay que acomodarse un poco. Va a ser difícil para mí cubrir el espacio que me ocupaba el rugby, pero en 10 ó 15 días estaré ocupando otra función. Fueron muchos años y ha formado parte de mi vida, pero a la cancha habrá que seguir yendo a alentar al equipo y a disfrutar del club. En el fondo no es un cambio tan grande, sólo que no estaré al frente de la primera, haré otra actividad donde siempre hace falta gente que colabore con esto.”

¿Qué te gustaría agregar?
“Agradecerle el apoyo de los directivos en estos diez años que ha sido espectacular y de los jugadores. Un plantel excepcional que va a seguir dando frutos por un tiempo más al club, porque mucha gente no lo consideró. Hablo del trabajo, de la mentalidad, del esfuerzo, del sacrificio, pero nunca dijeron que este equipo salió campeón porque tenía mejores jugadores que los otros. Cuando uno ve que la gente no entiende no hay que avivarla, no hay que decirle nada, que crean que fue casualidad. Pero en el fondo, y nadie lo quiso reconocer, teníamos mejores jugadores que los otros y entrenamos mejor que ellos. Creo que tenemos que seguir así, creciendo y en un camino de evolución. A la gente le gusta decir ‘cambios’, a mí evolución, porque los cambios pueden ser positivos o negativos, en cambio la evolución es positiva siempre. También gracias a ustedes (EL DIARIO), que nos acompañaron durante estos 10 años.”


Sus colaboradores

Juan arrancó como entrenador en 2001 y completó esta temporada que finalizó una década. A su lado, en distintas temporadas lo acompañaron otros entrenadores como Horacio Nonis, Félix Pedraza, Víctor “Polaco” Matcovich, Luciano Rossi y Eduardo “Lalo” Soriano. En la preparación física, durante la mayor parte del ciclo, estuvieron los profesores Javier López y Gabriel Alvarez.


Los números

Si se evalúa la campaña desde aquella Copa Córdoba de 2002, el Jockey en el Torneo Oficial tuvo esta campaña: fue sexto en 2003, en 2004 fue quinto, en 2005 repitió ese puesto, tercero en 2006 y 2007, subcampeones en 2008, campeones en 2009 y cuartos en 2010. En ese lapso de tiempo tuvo participaciones con buenos resultados en los torneos Nacional B (subcampeón en 2004 y semifinalista en 2005), y en 2009 en el Nacional A, donde superó la primera fase.
Al mismo tiempo enfrentó a los principales equipos de Rosario, Santa Fe, Entre Ríos, Tucumán, Mendoza y Uruguay, entre otros, logrando triunfos ante la mayoría de ellos.


Esto no es poco

Otro logro de este ciclo fue la camada de pibes que llegaron a los seleccionados. Prácticamente todos jugaron en los Dogos en primera o juveniles y hubo muchos que llegaron a ser Pumitas y hasta un Puma: “Pitu” Acosta, “Fefe” Ferreyra, “Fran” Chiaramello, Agustín Smidt, “Facu” Boaglio, Rodrigo Bruno y César Fruttero. En el caso de Boaglio en el equipo seven y en el de Bruno en los Jaguares y llegó a jugar como “Puma” en el Sudamericano de este año.