El lunes, representantes locales de la Secretaría de Trabajo de la provincia y dirigentes del Centro de Empleados de Comercio realizaron una inspección de rutina en la distribuidora Martínez Hermanos, en la calle Catamarca 1800. Al ser interrogados, algunos de los trabajadores respondieron que trabajaban 12 horas diarias. Esa situación representa trabajo extra durante cuatro horas por jornada, es decir, 100 horas mensuales, de las cuales sólo les eran abonadas 20. Los empleados también indicaron que sea cual fuera la antigüedad que tenían, gozaban de siete días de vacaciones anuales.
El martes, uno de los trabajadores que respondió en ese sentido, Nicolás Bigarani, de 29 años, padre de dos hijos, fue despedido.
Gigarani había ingresado a la distribuidora hace siete años y desde hace cuatro era un hombre de confianza de los hermanos Ramón Enrique y Miguel Martínez, por lo que se desempeñaba como encargado.
El miércoles, los 32 trabajadores de la empresa se asesoraron con su sindicato y con la CGT local.
El jueves, a las cinco de la mañana, los empleados, junto a los dirigentes del CEC Mario García y Raúl Artuso, junto al también mercantil de la CGT, Eduardo Belloccio, iniciaron una medida de fuerza que impidió el reparto de bebidas, aunque se permitió cargar a algunos clientes que fueron hasta el establecimiento con su propio vehículo, quienes fueron atendidos por los propietarios y sus familiares.
Al mediodía, la empresa denunció a sus trabajadores ante la Fiscalía de Tercer Turno, a cargo de Gustavo Atienza. El letrado llamó a los dirigentes a buscar una salida negociada.
Idéntica actitud tuvo la cartera laboral cordobesa, con su titular Omar Sereno a la cabeza, convocando a una audiencia de conciliación para el lunes, a los fines de tratar el despido de Bigarani, y a otra para el martes, con el objetivo de revisar los posibles incumplimientos al Convenio Colectivo de Trabajo y a otra legislación laboral vigente.
Para Belloccio, de la CGT, “se trata del despido arbitrario e injusto de una persona a la que la misma empresa reconocía sus virtudes dándole responsabilidades, pero es también la persona en quien se referenciaban los trabajadores, porque los escuchaba y actuaba como su representante; iba a ser su delegado en la normalización a través de la elección de la comisión interna que nos negaban”.
Durante la tensa jornada de ayer, los empresarios se habrían mostrado propensos a revisar su proceder respecto de los trabajadores y las leyes que regulan la actividad, pero inflexibles a la hora de tratar la reincorporación del despedido.
Hoy, los 31 trabajadores que permanecen en la empresa prestarán las tareas con normalidad, pero dentro de lo establecido por la ley, es decir, durante ocho horas. Y se quedarán a la espera de los resultados de la audiencia del lunes.
“Queremos a Nicolás con nosotros. Y no queremos que ahora que se separan los hermanos que forman la sociedad nos hagan firmar la renuncia, para tomarnos desde cero, como ya pasó cuando faltó el padre y cambiaron de razón social”, expresaron a un periodista de EL DIARIO.
La firma ha construido un gran galpón en la calle Buenos Aires, en proximidades de la autopista, hacia donde se trasladaría ya con uno solo de los hermanos (Ramón Enrique) a cargo, a través de sus hijos, su hija y el yerno, que ya se desempeñan en el negocio.