La noche de Navidad, a ojos de niño, tiene un encanto que difícilmente pueda olvidarse. La espera por la medianoche, los regalos y la figura de Papá Noel, han entusiasmado desde siempre a generaciones de pibes de todo el mundo.
Interpretando el espíritu navideño con una sensibilidad que emociona y una entrega que conmueve, un vecino de barrio Las Playas y su nieto de once años, caracterizados como “Noel” y “Noelito” le pusieron magia a su cuadra.
No hicieron falta trineos o renos para Ricardo Madrid y Enzo Guzmán, enfundados en dos trajes cosidos a mano por sus familiares, montados sobre una bicicleta de reparto prestada y con las doce en punto en los relojes, ganaron la calle y los patios de cada familia que les abría las puertas de su hogar.
Poco fue suficiente para que los chicos del lugar se enteraran de la presencia de los barbudos repartidores de alegría. La conmoción comenzó a crecer, los niños a multiplicar y los regalos a escasear.
Con la capacidad de entrega de presentes agotada, otra figura barrial, no menos respetada, se asociaría con los “Noel” de Las Playas para sacarlos del aprieto.
“A no preocuparse”, dicen que dijo “Coco” Moroncini (un querido vecino y comerciante del barrio) que al percatarse de la sequía de regalitos, no dudó en colaborar con todo tipo de golosinas para nutrir las bolsas navideñas.
En medio del cariño de los niños y la alegría de los más grandes por la gratísima sorpresa y ya sin nada más para ofrecer, abuelo “Noel” y nieto “Noelito” se despidieron prometiendo volver el año próximo.

Fantasía pura

“Fue una experiencia fantástica para nosotros. No hay nada que pague el observar la cara de los chicos y los grandes con miradas de niño cuando te ven llegar”, explica Ricardo que se gana la vida haciendo publicidad callejera.
Digno es de destacar que para lograr reunir los presentes que regaló, trabajó en los días previos a la Navidad recibiendo como pago juguetes o lo que el comercio publicitado le pudiera brindar en calidad de honorarios.
“Me desesperó el momento en que nos quedamos si nada para dar. Me gustaría tener mucho más de lo que tengo para hacer de esa noche algo especial para todos los chicos”, agrega el “laburante de la calle” antes de dar a conocer un “proyecto navideño” que tiene en mente.
“Para la próxima Navidad, pediré a todos los que quieran colaborar, exclusivamente muñecas y pelotas. Necesitaré en cantidad porque quiero llegar a todo lo que pueda del barrio”, anuncia.
“Mi familia me apoya. A ellos y a los que desinteresadamente ese día nos dieron su apoyo, les agradezco mucho. En 2011, vamos por más”, concluyó.