Sobre la prolongación de bulevar Italia al 967, en un centro de manzana, un tinglado de 12x25 metros expande un runrunear que se destaca en la cuadra. Rampas con lomadas hacen de parabienes a los asistentes, que con sus skates y rollers se llegan para hacer sus piruetas.
“Somos como un club de amigos que nos gustan las mismas cosas...”, aportaba un preadolescente con el flequillo sobre su cara y un arito en el vértice de su oreja. Este club con socios adherentes con cuotas sólo para cubrir el alquiler del lugar, reúne a 40 jóvenes que van desde los siete hasta los treinta años, para rodar sobre unas de las pistas más seguras del país: “La pista tiene tres niveles de maderas, una de pino, otra de fenólico y la exterior de madera maciza, para evitar que se astillen los chicos...”, comentaba el gestor del espacio, Braian Eroles.
Este deporte llegó al país ante la promoción del programa de TV X Game juegos extremos, que no tardó en recalar en la ciudad. Todavía se recuerda la pista ubicada sobre la costanera que fue levantada por el municipio para luego rondar por las calles y una pista al aire libre sobre el polideportivo a lo que ahora se le dio, desde hace un año y medio, más categoría y seguridad, todo y únicamente por la iniciativa de Braian y sus amigos.
Las categorías van desde los principiantes, amateur y profesionales, sin tener que ver la edad; con códigos bien explícitos como “respeto por el compañero y saber compartir el momento”. Y si hablamos de deporte es porque existe la competencia donde se califica por el estilo del participante, la destreza y los diferentes trucos en un tiempo de un minuto y medio.
El costo de un skate ronda los cuatrocientos pesos y los rollers más profesionales los mil trescientos; también está el snake board, que sólo es practicado en la ciudad por un solo practicante de la patineta articulada, que excepcionalmente se consigue en Chile.
Otro deporte como el street (las pequeñas bicicletas que hacen acrobacia), allí no lo dejan practicar debido al cuidado de la pista, pero saben que hay algunos que los practican en la ciudad al aire libre, como así también hay un total de cien chicos que tienen su patineta y roller, que muchas veces no saben o no se animan a llegarse por este lugar de encuentro.
Contentos y agradecidos por el apoyo de sus familiares y amigos, esperan agrandarse para generar otro espacio: “Hay muchos chicos que le gusta la pintura y la música...” comentan los chicos al último, para volver a deslizarse como todos los días y festejar el cumple de “Poroto” Braian.