La primera reunión tuvo lugar en la Capital Federal el 11 de octubre de 1943. Dos años más tarde, en un nuevo encuentro celebrado en Avellaneda, quedó conformada la Federación Argentina de Entidades de Martilleros y Corredores Inmobiliarios (Faemci), que desde entonces viene trabajando en procura de mejorar las condiciones en las que se desarrolla la actividad, como en promover ámbitos de capacitación para quienes la ejercen.
Con el correr del tiempo, los colegios profesionales comenzaron a nuclear cada vez a martilleros más preparados con los conocimientos pragmáticos y funcionales del derecho y la economía, necesarios para desempeñarse con solvencia y eficacia en remates y subastas públicas, al tiempo que muy bien preparados para la mediación de negocios inmobiliarios.

@ Idoneidad

Su aprendizaje de las cuestiones jurídicas les permite actuar con idoneidad también como auxiliar de Justicia y asesor de operaciones de distinta índole.
Poseen conocimientos y desarrollan competencias relativas a los parámetros de valuación de los bienes susceptibles de ser rematados o disponibles para su venta o locación.
Tienen una adecuada visión del mundo de los negocios y de las estrategias de comercialización, lo que le permitirá encarar emprendimientos privados dedicados a las operaciones de compra-venta de bienes y al asesoramiento a terceros sobre las pautas operativas del mercado y los criterios de rentabilidad de las operaciones.

@ Principios éticos

Pero además gozan de un eficiente dominio de las herramientas complementarias de toda actividad sustentada en las relaciones sociales y principios éticos, en virtud de las cuales desempeñarse eficazmente en las diversas situaciones en las que interviene en ejercicio de la profesión.
Los martilleros públicos pueden hacer la veces de tasadores o evaluadores privados y, como se dijo, de peritos tasadores judiciales de bienes muebles e inmuebles, incluyendo semovientes, con arreglo a los valores vigentes en el mercado y a las normas legales que regulan esa actividad.
Pueden efectuar ventas en remates particulares, oficiales y judiciales de cualquier tipo y naturaleza de bienes, incluyendo acciones y títulos no cotizables en Bolsa, marcas y patentes, cuya enajenación no se halle prohibida por ley.
También actuar como auxiliar de Justicia en la ejecución de sentencias de remate, entre otras muchas actividades que requieren de su participación como garantía que aporta confianza a las partes.