Escribe: Pepo Garay (Especial para EL DIARIO)
Suena el silbato y todos a bordo ¿Cómo negarse a semejante invitación? Tientan esos dinosaurios de hierro, deslizándose lentos pero decididos por los ramales. Generosos, ofrecen paisajes bucólicos y pinturas urbanas imposibles de apreciar desde la ruta. Son una alternativa distinta para viajar, conocer, y seguir recorriendo el país.
Los trenes, poco a poco, van recuperando algo del espacio perdido entre la última dictadura y la década del ‘90. Les va a costar reencontrarse con el esplendor de antaño, en medio de marañas de intereses y negociados que no los dejan prosperar en libertad. Pero ahí van. Algunos de ellos han tomado caminos que se involucran fuertemente con el turismo, y hoy corporizan un atractivo amalgama de opciones para el viajero. De norte a sur y de este a oeste, un repaso de las mejores propuestas.
Córdoba
Empezamos por casa. El tren de las Sierras une Córdoba con Cosquín, atravesando los hermosos paisajes de Punilla, y regalando una auténtica postal del valle, sus encantos y su gente. Desde la estación de barrio Alta Córdoba, en la cabecera provincial, son dos horas y cuarto hasta la capital nacional del folclore. En ese lapso, los pasajeros van descubriendo la esencia serrana de poblados como La Calera, Casa Bamba, Comuna San Roque y Santa María.
Este atractivo paseo se realiza dos veces por día, de lunes a viernes (uno a la mañana y otro a la tarde), y tres veces los fines de semana y feriados. La empresa que lo maneja espera habilitar en el futuro el ramal que conectará a Cosquín con Capilla del Monte y finalmente con Cruz del Eje, concretando el proyecto.
Noroeste
En esta región, el único referente es acaso el más acreditado de todos. Tren de las Nubes se llama, y es reconocido mundialmente. Tiene sus argumentos: son 434 kilómetros (ida y vuelta) de alucinantes panorámicas norteñas, entre la ciudad de Salta y San Antonio de los Cobres. En algunos tramos, el convoy llega a ascender hasta los 4.200 metros de altura, y durante todo el trayecto, atraviesa casi 30 puentes y más de 20 túneles. La barrera que impone esta maravillosa experiencia está en las tarifas: para argentinos no residentes en Salta, el boleto está en $550 (temporada baja) y $630 (alta).
Entre Ríos y Buenos Aires
La provincia mesopotámica es un referente en la materia. Son tres los trenes de atractivo turístico que transitan dentro de sus límites. El más reciente es el que une los ríos Paraná (desde la ciudad homónima) y Uruguay (en Concepción del Uruguay), en siete horas y media. Otra opción sugestiva es el conocido como “Tren de Basavilbaso”, que enlaza esta pequeña ciudad de talante judío con Concordia. Finalmente, aparece la locomotora que partiendo de Villa Elisa, casi al límite con Uruguay, lleva al visitante hasta las proximidades del famoso Palacio San José.
A unos 350 kilómetros al sur de allí, ya en la provincia de Buenos Aires, el Tren de la Costa viene a convidar con un viaje corto pero decididamente recomendable. Estación Maipú, en Olivos, marca el inicio del itinerario. El delta del Tigre, en los alrededores de la ciudad del mismo nombre, es el objetivo. En total son 11 estaciones. La última también conduce directamente al Parque de la Costa, un emprendimiento recreativo único en el país.
Patagonia
Más clásicos para ofrendar: Viedma- Bariloche (y sus 16 horas de marcha, entre la llanura de Río Negro, vinculando la montaña con el mar), “La Trochita” (en Esquel (foto), realizando un recorrido encantador, no sólo por los paisajes circundantes, sino también por lo antiguo de la locomotora y vagones) y el célebre “Tren del Fin del Mundo” (un tour de ensueño, desde las cercanías de Ushuaia hasta la estación ubicada dentro del Parque Nacional Tierra del Fuego). Son los trenes turísticos de la Argentina. Sutiles y melancólicos, proporcionan otra forma de intimar con la belleza del país.
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