Actualmente cuando uno pasa por la Avenida Naciones Unidas y observa sólo arboles, césped y cemento tal vez se le “pianta” una mueca de resignación porque recuerda increíbles momentos que pasaron muchísimos niños porque ahí, en ese lugar, era la cancha de “Centralito”.
Se viene a la memoria esa pared lateral que estaba cerquita del campo de juego, se acuerda de los árboles que daban sombra detrás de los arcos o esas canchas de padel que se ubicaban al costado y que fueron testigos de tanto gritos de gol y cánticos cargados de emoción.
“Centralito”, que antes se denominó Rigarsito y ya más cercano a la actualidad se modificó por Central Argentino cuando la entidad pasó a jugar en el predio deportivo que posee en barrio Mariano Moreno, hoy pasó a ser sólo un hermoso recuerdo de muchos chicos que tuvieron la posibilidad de vestir esa camiseta.
El “Expreso Rojo”, una entidad histórica del fútbol villamariense, ya no práctica el baby fútbol aunque tuvo en su tiempo y bajo la denominación de “Centralito” un gran apogeo, principalmente con esa histórica Clase 1983 que, en sus cuatro participaciones oficiales, consiguió tres títulos.
Esos niños, conducidos por Fernando “Negro” Alba, le dieron a “Centralito” sus únicos títulos dentro del baby fútbol en los años ‘93, ‘95 y ‘96.
Y entonces, para recordar dichos logros y esa entidad histórica del baby, les mostramos hoy desde SEMILLERO ese gran equipo que tenía a Martín Gamacchio, “Julito” Berterame, “Guille” García, Esteban Reale, “Tavito” Sainz, y a muchos más chicos, que obtuvo el primer título en el año 1993, un logro que después repitieron por partida doble.
Con el tiempo, algunos mostraron su impronta en la primera división de nuestro fútbol villamariense, como Berterame, hoy devenido en lateral pero que en esos tiempos rompía redes al punto tal que salió goleador del campeonato y otros sobresalieron a nivel nacional aunque en otra disciplina, “el vóley”, como Reale y, principalmente, Guillermo García.
Hoy por hoy, por diferentes cuestiones, “Centralito” es sólo un muy grato recuerdo para esos chicos, padres, directivos y cuerpo técnico, quienes seguramente no olvidarán aquellos años de pelota, césped e irrepetibles momentos de felicidad.