Señor director:
Voy a contarles a los lectores lo que me sucedió para que estén atentos y no se dejen embaucar como nos ocurrió a tres usuarias del servicio de remises que, para abaratar costos, que de por sí son elevados, decidimos viajar juntas.
El día sábado 27 de setiembre a las 12 horas y desde el Centro de Transferencias, y dada la poca frecuencia de los colectivos por ser un día feriado por el cumpleaños de la ciudad, nos decidimos a tomar un remise.
Nos tocó en suerte el móvil 322 de la empresa Donald, conducido por el señor Ch.
Al llegar a la calle Santa Marta al 500, de barrio Bello Horizonte, desciende la primera pasajera. El reloj marcaba entonces $10,20, monto que la señorita abonó al chofer, y continuamos las otras dos hasta Aguirre Cámara y Mercedarios, sin que el mencionado conductor volviese el reloj a cero. En esta última dirección desciende la segunda pasajera y yo continúo hasta Mercedarios 1723 (media cuadra más).
El reloj marcaba $13,90. Cuando quiero pagarle $3,90 de diferencia, el señor Ch. del móvil 322 me exige el pago del total del importe, aduciendo que yo no me había bajado en la primera dirección, por lo que debía pagar todo, olvidándose que ya le habían dado $10.
Luego de reiteradas explicaciones de su parte, y tratando de ser convincente, le abono el importe exigido de $13,90 e inmediatamente me comunico telefónicamente con otra empresa que goza de mi confianza y respeto, para saber si lo que me había ocurrido era justo o si yo tenía razón en mi planteo.
¿Cuál fue mi sorpresa? Saber que este señor había sido despedido de dicha empresa por sus reiteradas estafas, robos y mala conducta.
Me comunico entonces con la empresa Donald y muy amablemente el señor Fabián, que me dijo ser dueño de la misma, reconoció la equivocación del señor Ch. y se comprometió a resarcir el “error” cometido por dicho sujeto, al que enviaría a mi domicilio para devolver el dinero, cosa que el día sábado no ocurrió. Y el domingo, ¡oh sorpresa!, se le rompe el auto. Bien, esperé hasta el lunes, traté de comunicarme con el operador de turno, me corta en dos oportunidades porque “no puede perder el tiempo antendiendo reclamos”.
Es por eso que me dirijo a los lectores usuarios de este servicio, para que no sean crédulos como nosotras y, por sobre todo, para que antes de usarlo miren el número del móvil al que van a ascender y tengan en cuenta a la empresa que avaló dicha conducta.
Muchas gracias.
María Cristina Demaría
DNI 10857181
Nota de la Redacción: la carta llegó a nuestra Redacción días después del episodio narrado, pero se traspapeló. Tras el reclamo de su autora, la recuperamos y la publicamos.
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