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Asamblea. Ranco, flanqueado por los dirigentes Luis Galán, de Río Tercero, y Ricardo Baffaro, de Córdoba. |
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Escribe: Juan Manuel Gorno
(enviado especial)
Y pasó lo que tenía que pasar en la asamblea ordinaria de la Federación Cordobesa: Darío Eduardo Ranco, un dirigente nativo del fútbol local, volvió a ser electo por unanimidad y aclamación y seguirá como presidente de la entidad por dos años más, pasando la década, nada menos.
Así lo quisieron las 18 ligas de la provincia, representadas por sus asambleístas en el acto que se efectuó en el auditorio del Hotel de la Cañada, en “la Docta”. Y así lo preanunció el presidente de la Liga Cordobesa de fútbol, Hemeterio Farías, quien dio un discurso cargado de elogios para el villamariense que reside en Tío Pujio y, al mismo tiempo, dejó por sentado que su presencia es importante para “defender el fútbol del interior”.
“La Federación es parte del federalismo, es la bandera que levantamos”, afirmó, para luego destacar a Ranco por sus logros y porque “ahora Córdoba es un orgullo para el Consejo Federal”.
No fue un dato menor que Farías resultara el encargado de pedir la continuidad de Ranco.
Es que, fuera de la asamblea, el secretario de la ex ACF, Basilio Guerrero, aseguró que si el actual presidente no seguía al frente de la Federación, la entidad que nuclea a clubes como Talleres, Belgrano e Instituto retiraba su adhesión a la institución provincial.
Precisamente, esta postura provocó un cambio de planes en Ranco, quien recién se definió por continuar el pasado 15 de abril, cuando habló largo y tendido con Guerrero. Antes no dudaba en remarcar que deseaba volver al llano, a trabajar en Yrigoyen de Tío Pujio y dejar que otro ocupe su lugar en lo más alto del fútbol provincial.
En ese aspecto, en medio de su discurso previo a la elección, el presidente insistió en decir que “nadie es imprescindible”, pese a que dentro suyo sabe que bajo su mando, la institución sumó hechos históricos, como la compra de la casa propia (tal como ocurrió cuando dirigió a la Liga Villamariense), la consolidación de los torneos juveniles (más allá de algunas vicisitudes), la adhesión de las ligas Cordobesa y de San Francisco, la conformación de una mutual y una marcada presencia del interior cordobés en el seno de la Asociación del fútbol argentino, entre otras cosas.
¿Qué le queda por delante? “Trabajar mucho para el norte y noroeste de nuestra provincia, pelear por un proyecto integral con mayor representatividad que Santiago del Estero, por las ligas que tenemos; y triplicar esfuerzos porque Córdoba tiene que ser subsede de la Copa América”, aseguró.
Lo concreto es que serán dos años más de "trabajo confiable", según indican sus laderos, como así también las máximas autoridades del fútbol argentino, que vieron en Ranco a un directivo inquieto y pujante, tan importante que la dirigencia cordobesa ayer lo aplaudió de pie y le brindó reverencia.
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