Escribe: Héctor Cavagliato (Enviado especial)

Parafraseando el título de la vieja película podríamos decir que el resultado del 78vo. Abierto de Golf del Centro de la República se constituyó en una sutil dedicatoria a quien tenía todas las apuestas a su favor, como que Angel Cabrera venía de ganar el Masters de Augusta y ¿cómo no habría de ganar en su cancha natal?, y que, sin embargo, debió conformarse con ver a los dos primeros desde abajo en la tabla final.
Es que a lo largo de las cuatro jornadas que culminaron ayer con un público entusiasta y numeroso que superó las 3.500 mil personas hubo un jugador talentoso, capaz, aguerrido, sereno y seguro, a cuyas cualidades sumó una enorme cuota de humildad para llevarse el preciado título y la recompensa de 36 mil pesos, el 18% de la bolsa además de la ovación de la multitud.
Ese jugador fue el chaqueño Fabián Gómez que elaboró hoyo a hoyo su brillante y merecido éxito, a punto tal que en los últimos 36 hoyos no cometió un solo bogey -que fueron 6 todos en los primeros 36- y con 15 birdies y un águila para redondear un 11 bajo el par que, con las exigentes condiciones de la cancha, es un guarismo notable.
Fue subcampeón el correntino Ricardo González con el mejor score de ayer junto con el “Gato” Romero (-6) para ubicarse -7 y postergar al tercer puesto al “Pato” por un golpe.
Otro que subió muchos puestos fue el defensor del título Estanislao Goya que hilvanó 5 birdies para terminar +1 en el octavo lugar.
Párrafo especial para el villamariense Lucas Juncos que hizo su mejor vuelta con par de cancha, producto de 4 birdies y otros tantos bogeys.
En diálogo con EL DIARIO y por Radio Centro en directo apenas terminó, nos decía: “Estoy muy contento, le pegué muy bien a la pelota y logré progresos y confianza. De la vista ando perfecto y el resultado de mi preparación está en que fui jugando de menor a mayor”.
Y es verdad: lo vimos caminar la cancha con seguridad, muy sereno, sólido y preciso también en los greens. Sin alardes de su juego dio cuenta de la necesaria sabiduría de ser prudente y de la humildad a la hora de evaluar su presente y su futuro. Este puede ser el año del despegue definitivo. Que nadie se sorprenda.