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Claudia Graciela Chirino en la Redacción de EL DIARIO, ayer, relató los hechos de los que se considera víctima |
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Una nueva denuncia pública contra la violencia policial y el abuso de autoridad fue formulada ayer por parte de una vecina de esta ciudad.
Se trata de Claudia Graciela Chirino (DNI 17671055), quien se presentó en la Redacción de EL DIARIO para dar a conocer las cinco horas de angustia y dolor que les tocaron vivir a ella y a sus familiares, no precisamente en mano de delincuentes sino a merced de la prepotencia policial.
Todo comenzó “alrededor de las 20.30 en mi casa de la calle San Lorenzo 945, del barrio San Justo y terminó alrededor de la 1 de la madrugada en la Comisaría de Distrito de General Paz y San Juan”, expresó Chirino.
“Estábamos por empezar a festejar que mi hijo Walter cumplía justamente ayer (por el viernes) 15 años. El salió en moto con un amigo a comprar en el almacén de la vuelta una gaseosa. Cuando volvieron, detrás de él llegaron las camionetas del CAP (Comando de Acción Preventiva) y rodearon mi casa”, contó la mujer.
“Estaban como locos, tratando de agarrar a los que asaltaron el supermercado Issis, hacía un rato. Y, no sé por qué, sospecharon de mi hijo, y se vinieron. Entraron a la casa sin ninguna orden judicial, apuntándonos con las Itakas. Nos golpearon, nos pegaron a todos, rompieron un grabador, tiraron la heladera al suelo, desparramaron los cuadros de las paredes, nos insultaron, fueron muy groseros y finalmente se llevaron a mi hijo a las trompadas, lo metieron en la camioneta y se lo llevaron a la Comisaría. Mis otros hijos, todos menores, lloraban y gritaban ante semejante situación”, contó Claudia Chirino.
“Eran un montón, todos de uniforme. Sólo alcancé a reconocer al comisario Martínez y a uno, que le vi la plaquita, que fue uno de los más groseros y prepotentes se llama Adrián Mina. Después, afuera, había un hombre canoso, de traje, muy formal, que yo creí que era el fiscal. Le pregunté quién era y me dijo, mirándome con desprecio, que era de la Departamental, pero no sé quién es”, detalló la denunciante.
“Por supuesto que ya hablé con un abogado y con la gente de la VACAP, porque no quiero dejar pasar esto; no me parece justo. Nosotros no hicimos nada, no veo por qué llegaron así, sin la orden del juez, entraron en la casa y nos trataron como animales. Y después, una vez en la Comisaría, adonde fuimos porque se habían llevado a Walter para que los dueños del supermercado Issis lo reconocieran, cosa que no pasó porque el chico no había estado ahí, el comisario Gutiérrez, de Minoridad, viene y me dice lo más tranquilo: ‘Bueno, señora, indudablemente, acá hubo una confusión; fue un error y un error lo comete cualquiera’. Y yo digo ¿no? a nosotros, ¿quién nos paga lo que nos rompieron y quién nos quita el terrible momento que nos hicieron pasar?”, expresó Chirino.
“Y el comisario Gallo, también en la Comisaría, una vez que ya habían liberado a Walter, dijo, lo más tranquilo: ‘bueno, ahora que pasó todo, se van a su casa y mañana se comen un asadito’, tratando de quitarle importancia a lo que había ocurrido. Y a Walter le dijo ‘de estos 15 años no te olvidás más ¿no?”, contó la mujer, sin ocultar su indignación y su asombro por la conducta policial.
En otro momento de la denuncia, Chirino comentó que “también se llevaron a otro pibe, de la sede del club Defensores de la Boca, por las dudas, para que la gente de Issis lo reconociera. Fue el comisario Martínez. Y eso que el bufetero le dijo que ese chico hacía rato que estaba ahí tomando cerveza. Se lo llevaron igual y después terminaron soltándolo también, porque tampoco tenía nada que ver”, expresó la mujer.
El parte policial dijo...
“Villa María. Robo. En la víspera siendo la hora 20.40 en la Distribuidora mayorista Issis ubicada en Sarmiento e Intendente Maciel se produjo un hecho de robo, manifestando la encargada que momentos antes se presentaron dos sujetos a cara descubierta y tras amenazarla con armas de fuego le sustraen dinero de las cajas sin saber precisar el monto y que a posterior se dan a la fuga corriendo por calle Tacuarí hacia el barrio San Justo. De inmediato se inicia un operativo con los móviles policiales, logrando tras una persecución de una motocicleta la aprehensión de un menor de 15 años de edad, cuyas características coincidirían con uno de los individuos, por lo que se realizan diligencias tendientes a determinar si tuvo alguna vinculación con el hecho.”
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