Escribe:
José Luis Martino
El campeonato Provincial de rally trasladó su potencial a Villa María y a la región. En una temporada donde trastabilló en varias ocasiones obligando a un replanteo serio y profundo sobre varios aspectos inherentes al contralor deportivo, esta prueba que marcará el inicio de la segunda mitad del año será el termómetro para medir el alcance que todavía tiene el principal torneo de la especialidad en el país.
Con una marcada diferencia entre las carreras que organizó la Asociación de Pilotos de Rally y Navegantes (APRyN), encargada de debilitar una división que presentaba cerca de un centenar de voluntades hasta reducirla a la mitad en las dos últimas convocatorias de Bell Ville y Cruz del Eje, creemos que por inoperancia y no por una decisión adrede, y la que controlará esta competencia con epicentro en Villa María, es decir, la Asociación Cordobesa de Regularidad y Rally (ACRyR), que ha mostrado hasta aquí una acertada organización que deberá seguir apuntalando, Villa María correrá con la suerte de un árbitro y ya tiene al menos el primer paso dado con absoluta decisión y prolijidad al recuperar la nómina de inscriptos, zanjando además, una enorme diferencia que se planteó en la carrera de Villa Dolores (controlada por APRyN) y que significó el retiro definitivo del equipo de Federico Villagra y sus pilotos del torneo cordobés, generando el regreso de la poderosa escudería.
Dos hechos por demás significativos en lo previo para confirmar la enorme responsabilidad que ha tomado la Asociación Villamariense de Automovilismo (AVA) de convertir a esta competencia en un clásico del circuito mediterráneo, desafiando las complicaciones que puedan emerger de una geografía con limitaciones para recibir al rally.