Leer con el corazón: un pedido de solidaridad
Hay una joven de 21 años que hace cuatro meses sus días transcurren en una silla de ruedas desde un accidente automovilístico.
Hay fuerza, voluntad y perseverancia para revertir la situación. El tiempo dirá.
Hay entusiasmo para volver a la facultad y lograr sus objetivos.
Hay una familia y amigos que la contienen.
Hay mucha fe cristiana.
Pero... para su mejor calidad de vida, esto es lo que no hay:
No hay una silla de ruedas hecha a su medida.
No hay una cama de dos plazas y colchón de alta densidad.
No hay un almohadón antiescara.
No hay en su humilde vivienda aberturas, rampas, ni baños adecuados para su situación.
Para que su rehabilitación no sea en vano, por no tener todo acondicionado para su discapacidad, es que apelo a la solidaridad de los políticos, empresarios o a quien pueda colaborar. Estaremos eternamente agradecidos.
Entre todos hagamos algo para que Mayra en alguna medida sea feliz.
Teléfono: 4530624 ó 154254485
Gracias.
DNI 27108609
Agradecimiento I
Por intermedio de este prestigioso medio quiero hacer público mi agradecimiento al señor intendente de Villa Nueva, Guillermo Cavagnero, y por su intermedio, a la señora secretaria de Cultura, Educación, Deporte y Juventud, Marcela Unzueta y, en especial, al encargado del área de Educación, el asistente social Marcos Sánchez, por la beca de estudio que se me otorgó, permitiéndome así seguir forjando mi futuro como estudiante.
Agradezco también a EL DIARIO por permitir que me exprese.
Sabrina Kobelich
DNI 34200317
Carta al director del Hospital Pasteur
Un pedido de reflexión y alerta al director del Hospital Regional Pasteur.
Me dirijo a usted con profundo dolor, con muchísimo pesar, ya que soy dueña de un hogar de abuelos y hoy (por el 21 de abril) llevé, alrededor de las 16.40 a uno de ellos con un problema gastrointestinal (no soy médica para decir su diagnóstico) pero realmente necesitaba ser atendido urgente en ese nosocomio, ya que es una persona sin una triste mutual, carente de recursos para ser atendido en un lugar privado.
Debo aclarar que no fue por comodidad que fui a su hospital, sino por humildad. ¿Debemos dejarlo morir?
Responsabilizo al director de la Guardia, Víctor Scocozza, ya que él me esperaba sabiendo la gravedad que podría tener el abuelo pero se negó rotundamente a atenderlo.
Yo me pregunto... dónde está su humildad, su sencillez... dónde está la persona que yo creí ver en usted.
Lamento muchísimo haber confiado mis viejitos, mi salud y por sobre todo, lo más preciado que tengo, mis hijos a una persona tan carente de sentimientos como usted.
En este abuelo mío me vi reflejada en tantas personas que se encontraron en esta situación por no tener los bolsillos llenos de plata... ¿O me equivoco doctor?
¡Qué triste realidad que vive mi país¡ ¿Dónde están, quiénes son los que pueden defendernos en estas cosas que ocurren?
Me duele y me ahoga que en estos tiempos aún haya discriminación cuando se trata de algo tan valioso y precioso como es nuestra salud.
Señor director, comprendo su responsabilidad. Considero excelente su desempeño en el puesto duro que le toca estar, pero le ruego, como ciudadana, como persona que defiende a rajatabla los derechos humanos, derechos que cada uno de nosotros deberíamos hacer valer en todos los aspectos de la vida, hasta en los más pequeños, así lograríamos un poquito el país, el pueblo, la familia que soñamos. Por eso le pido. Cuide, vigile, tenga ojos y oídos en todos los rincones de su hospital, lo necesitamos y mucho... ¡¡¡Pero ojo!!! Sin mirar si les gusta la cara del paciente o no. Ser humano es una bendición de Dios. ¡Recuérdelo¡
Carina Sarquis
DNI 22672470
Propietaria del Hogar San Valentín
Agradecimiento II
Señor director:
Motiva la presente el fin de agradecer infinitamente al personal médico, enfermeras, mucamas y administrativo de la Clínica San Martín, quienes, durante la delicada y compleja operación efectuada a mi esposa, Lidia Elena Quinteros y posterior internación, demostraron alta profesionalidad, solidaridad y amabilidad, no muy común en los tiempos que vivimos, como así también a familiares, amigos y vecinos y a mis compañeros de trabajo (biblioteca municipal) quien con su apoyo moral y espiritual me ayudan a sobrellevar el difícil momento que me toca vivir.
Párrafo aparte para los doctores Marcelo Olivero y Marcelo Gavira, infinitamente gracias, señores profesionales de la medicina, quienes en todo momento demostraron que ante que grandes profesionales, son grandes seres humanos.
Finalmente, gracias, mil gracias a todos.
Félix Alberto Olivera
DNI 11257843
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