Soy amigo de Rubén desde aquella época rememorada en la nota. Me gustó ver que los jóvenes se adentraran en las vastedades de la memoria social.
Estábamos en la sombra en la tenebrosa oscuridad de la dictadura. Sin embargo, algo teníamos para decir.
Rubén es un poeta de una sensibilidad imposible de medir. Muchas fueron las tardes, las noches, los amaneceres que nos encontraron soñando un mundo mejor, sin tanto delirio.
Hoy Rubén pone entre las hojas de las verduras que vende una gota ambarina de aquella poesía escrita en las calles adormecidas de la Villa de antaño.
Un abrazo.
Oscar Baigorria
oscarbai1953@yahoo.com.ar
Posadas, Misiones
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