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Uribe narró a EL DIARIO los pormenores del atraco del que fue víctima junto a su esposa |
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“Eran casi las 22.30 y recién habíamos terminado de cenar cuando los dos tipos entraron a la casa. Uno tenía un revólver calibre 32 y el otro un cuchillo”, narró a EL DIARIO Carlos Uribe (65).
“El negocio estaba cerrado y a oscuras. Entraron por el techo, pisaron sobre el asador y se metieron a la cocina. Uno siempre esperando que entren por la puerta de la despensa, pero nunca que ingresaran a la casa. Me golpearon mucho”, se lamentó Eva Tais (61, esposa de Uribe.
Hace 45 años que el matrimonio vive allí, en 9 de Julio 1023, y tiene la despensa al lado de su casa.
“Habrán estado fácilmente unos 30 minutos dentro de la casa; buscaban oro y un dinero que yo no tengo. Pero ellos insistían en que tenían el dato de que yo contaba con una importante suma de dinero, que, desde luego, no tengo”, continuó el despensero.
Lo peor fue la violencia
Visiblemente apesadumbrado por el momento que le tocó pasar la noche del martes a él y a su mujer, el hombre siguió narrando: “Tomaron el dinero que había -la recaudación del día y algo más- y las tarjetas telefónicas. Pero lo peor fue el maltrato. Porque uno tiene un negocio y espera que estas cosas pasen. Uno convive con la idea de que un día va a entrar un tipo con un arma, se va a llevar el dinero de la caja y algunas otras cosas que pueda cargar y se va a ir, pero éstos estaban muy agresivos, y eso es otra cosa”, expresó el comerciante, quien calculó lo robado en bastante más de mil pesos en efectivo y una importante cantidad en tarjetas telefónicas.
“Sobre todo el más joven, estaba muy alterado. Apenas entraron la tomó a mi mujer de los pelos y la arrojó al suelo. Como ella gritaba y lloraba, él le pegaba para que se callara. El otro, el más grande, parecía un poco más calmado, pero igual, se los veía nerviosos. ‘No me mirés’, ‘dame la plata, yo sé que tenés esa plata’, insistía. Y me pedía oro, también. A mi esposa quisieron atarla. Finalmente desistieron. Ella estaba en estado de shock, tenía un ataque de nervios”, detalló Uribe.
“La vez pasada, entraron directamente al almacén, se llevaron los cigarrillos y otras cosas y se fueron. Nosotros ni nos enteramos. Pero esta vez fue muy distinto, doloroso, penoso, feo”, recordó Eva al señalar que ésta es la segunda vez en el año que les roban.
“Una vez que les entregué la plata y las tarjetas, me dediqué a atender a mi mujer, que no estaba nada bien”, retomó el relato Carlos “en ese momento, creo, se fueron; se escaparon por el mismo lugar por donde entraron”.
Los vecinos, un amor...
“Cuando salimos a la calle, ya había llegado la Policía. Una vecina de aquí enfrente la había llamado, y todos acudieron a darnos una mano. La verdad es que los vecinos son un amor”, dijo el hombre, en reconocimiento a la solidaridad de los habitantes de la cuadra.
“Pero, la cuestión de la inseguridad está bien complicada. Y no creo que sea un problema sólo de la Policía; es más complejo que eso. Acá al frente, por ejemplo, hay una obra que no tiene luz, al igual que la calle. Y la Municipalidad ¿qué hace? Podrían empezar por iluminar y pedirle al dueño de la obra que limpie y ponga luz”, reflexionó Uribe, haciendo referencia a que esa obra es un eventual aguantadero.
“La Policía se portó muy bien, vino rápido, buscó por toda la manzana y las manzanas cercanas, pero no hubo caso; no encontraron a nadie”, explicó el almacenero.
De barrio tranquilo a tierra de nadie
Uribe, quien, como ya se dijo, hace 45 años que tiene el almacén en el barrio y más que reside en el sector, hizo hincapié en que “el barrio está cada vez más peligroso. Este era un sector tranquilo de la ciudad, pero desde hace un tiempo, nos caen los delincuentes todos los días. Ayer a la tarde, por el martes. A las 18 más o menos, le desvalijaron la casa a una vecina de acá a la vuelta, dijo el hombre indicando hacia la calle Malvinas Argentinas, en la misma manzana”.
“Y hace algunos días, a una señora de la otra cuadra que enviudó hace poco y se fue unos días de viaje, también le robaron las pocas cosas que le quedaban”. puntualizó Uribe.
Estos hechos no fueron informados por la Policía.
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