|
|
|
|
|
|
|
“Hay una falta de priorización en políticas de Estado”, dijo la directora de la ONG venezolana |
|
|
|
|
|
María Beatriz Medina, directora Ejecutiva del Banco del Libro de Venezuela disertó ayer por la tarde en el encuentro sobre "La literatura para niños: un espacio de conexión entre lo simbólico y la experiencia".
Horas antes, dialogó con EL DIARIO acerca de la enriquecedora propuesta que lleva adelante la ONG que preside, la misma que el año que viene cumplirá 50 años de vida.
"Nuestro trabajo está centrado en tres ejes: las acciones directas de animación a la lectura, la formación de mediadores lectores y la creación de entornos lectores de proximidad, es decir de rincones comunitarios de lectura, donde los libros y el sentido bibliotecario se acercan a la comunidad, dejando de lado ese halo de autoridad que a veces tienen estos establecimientos", explica. Para ello, la asociación civil sin fines de lucro, apostada en Caracas, se vale de acuerdos con el Ministerio de Educación venezolano, con convenios formales con instituciones de diferentes regiones de su país y del exterior (están desarrollando talleres de formación en Chile y un master de literatura infantil junto a la Universidad Autónoma de España) y con empresas-patrocinadoras mediante la figura de Responsabilidad Social.
Ejemplos de su inserción social son los proyectos "Biblio-bus" (un colectivo integrado por cuentacuentos que itinera con la difusión y lectura de textos literarios) y "Biblio-mulas", donde el Banco del Libro selecciona los títulos que cargarán en las alforjas y forma a los mediadores que luego recorrerán las regiones montañosas de Venezuela. Según cuenta Medina, esta organización ganadora del primer premio de Promoción a la Lectura y el equivalente al Nobel de la Literatura Infantil, nació medio siglo atrás gracias a un grupo de voluntarios que idearon reimpulsar la lectura en los niños tras la dictadura militar venezolana. "En principio se trató de un sencillo canje de libros y textos, del cual seguimos haciendo. De ese modo, se difundía una conciencia de bien común del objeto libro y se otorgaba un ahorro a las familias ya que no se pagaban, se intercambiaban", indicó.
Luego recordó que el modelo de bibliotecas escolares que actualmente rige en el país caribeño es una adaptación del sistema planteado por el Banco del Libro. Del mismo modo, puntualizó que la editorial Ekaré, reconocida como pionera en el continente en la publicación de textos infantiles con ilustración, surgió como proyecto de la ONG.
@ Alfabetización crítica
- ¿Y en este recorrido de 50 años promoviendo la lectura cuáles serían los objetivos que faltan?
- Creo que falta una articulación mayor con todos los sectores que se ocupan de esta problemática, contando al Estado como principal actor responsable.
- ¿Es falta de dinero o de voluntad política?
- Es falta de priorización de temáticas y políticas a tratar. Tenga en cuenta que en nuestro país se ha donado textos de literatura universal a familias de sectores populares. Eso es muy bueno, pero no alcanza con la donación sino que falta seguimiento, participación más activa. La meta mundial para 2021 es formar lectores competentes, es decir no sólo alfabetización (leer y escribir), sino alfabetización crítica.
- ¿Cómo se compite con el avance de las pantallas (TV, Internet)?
- En realidad, no se debe competir sino trabajar en la orientación del lector ante esas pantallas, con rutas lectoras interesantes. La pantalla es simplemente otro formato.
Otras notas de la seccion Culturales
Analía Rosso mostrará sus cuadros en el Favio
Inscriben en escuela de modelos
Un humor sin red
"Hago bailar cuarteto a americanos y extranjeros en mis clases de Nueva York"
El PEUAM obtuvo un premio en Ausonia
|