El otro allanamiento se registró en una vivienda ubicada a sólo una cuadra de la casa de Ramírez. Allí, según se supo, fue secuestrado un cartucho que sería compatible con la escopeta con la que fue ultimado el adolescente.
También había una moto, que podría ser la que utilizaron para trasladarse hasta la casa de la víctima.
Pero la persona que buscaban, un adolescente de la misma edad que Ramírez, no estaba en la casa. Y no lo pueden encontrar.
Según informó el jefe del Comando de Acción Preventiva (CAP), ayer en conferencia de prensa, “habría un parentesco entre víctima y victimarios. Aparentemente, Ramírez se habría quedado con un vuelto y de ahí venía la bronca. O sea, sería un ajuste de cuentas”, dijo el comisario Aldo Villarreal.
Anoche, los investigadores continuaban con diligencias tendientes al esclarecimiento del hecho y no descartaban que se produjeran novedades en este sentido de un momento a otro, según se informó en la Departamental.