La Policía logró detener en la jornada de ayer a tres sujetos sindicados de haber perpetrado igual cantidad de robos en distintos sectores de la ciudad y a distinta hora.

Caza y pesca

El primero de los robos ocurrió de madrugada en una vivienda de barrio San Justo. Eran alrededor de las 3 en una casa de la calle Las Heras 2530, donde reside Graciela Cavagliatto.
Efectivos del CAP advirtieron en ese lugar la presencia de un sujeto que al verlos puso pies en polvorosa a toda carrera. Pero su fuga no duró mucho. Fue interceptado minutos después.
Cuando lo alcanzaron y requisaron encontraron en su poder dos riles para pesca, elementos para recarga de cartuchos, 120 cartuchos calibre 16 y 129 calibre 32, cables, camillas y un taladro.
Fue llevado a la Comisaría.

Pedaleando

Luego, pasadas las 16, fue denunciado el robo de una bicicleta en la vía pública, en el bulevar Argentino al 1700.
Poco después, la Policía interceptó a un sujeto que se conducía en bicicleta y llevaba otra a tiro, de las características de la denunciada. Lo detuvieron y trasladaron con ambas bicis a la Comisaría. En el momento en que descendía del móvil policial, una mujer entraba a la dependencia policial a denunciar también la sustracción de su bicicleta. Y ésa no era otra que la que había utilizado momentos antes el sujeto que acababan de arrestar. De este modo, quedaron resueltos dos robos de bicicletas en un mismo procedimiento.

Empilchado y en gayola

Como si fuera el personaje de un tango, un hombre de 30 años, procedente de Córdoba, quien había robado en varios comercios de ropa y calzado del centro de esta ciudad, fue detenido ayer cuando salía de la tienda de prendas deportivas Rosetti, ubicada en calle San Martín casi Buenos Aires.
Eran alrededor de las 19.30.
El hombre salía del comercio cuando la patrulla pasaba en frente. Al verla, se inquietó y volvió a entrar a Rosetti, tratando de disimular su incomodidad.
Detrás de él, ingresaron los uniformados y constataron que, efectivamente, no había abonado las prendas que se llevaba. No tardaron en comprobar que la operatoria se había repetido antes en otras tiendas vecinas. El cordobés, que viajaba en un Renault 19, fue a parar al calabozo.