El hombre iba al volante del Renault 19 blanco de alquiler. El auto no tenía tulipa pero en la puerta se leía claramente, en letras negras, que era un remise de Río Cuarto.
La joven venía en el asiento del acompañante con una niña de cinco años.
Circulaban por calle La Rioja, en dirección al centro de Villa María, desde el barrio Carlos Pellegrini.
Eran aproximadamente las 16.30 de ayer cuando cruzaron la ruta pesada.
Un auto rojo, sin identificación policial, venía detrás del R 19, siguiéndolo a una distancia prudencial. Lo rebasó apenas cruzaron Intendente Maciel y se detuvo adelante, cortándole el paso, justo en la esquina sur, ya en barrio Florentino Ameghino.
Tal vez antes que los efectivos policiales bajaran del coche rojo, vistiendo los chalecos identificatorios con las iniciales PFA (Policía Federal Argentina), el joven y la chica tuvieron claro que habían “perdido”. No opusieron resistencia.
El es oriundo de Río Cuarto. Ella es villamariense.
Los detenidos se sentaron sobre el césped del jardín de la vivienda de una de las esquinas. El hombre se tapó la cara con la campera. A la mujer no pareció importarle permanecer a cara descubierta. Se entretuvo casi todo el tiempo que duró el operativo con la niña a quien cargaba en sus brazos.
Los efectivos, que venían siguiendo a la pareja desde Río Cuarto, requisaron el auto y encontraron cuatro envoltorios rectangulares, de unos veinte centímetros de largo, quince de ancho y unos cinco de espesor, cubiertos por un papel plateado (ladrillos) y otro paquete, más pequeño y de forma irregular. Constataron que se trataba de marihuana.
También hallaron dos pequeños envoltorios de plástico que, aparentemente, tenían cocaína.
Secuestraron los celulares del hombre y de la mujer todo ante la mirada de una veintena de curiosos que no dudaban en asegurar que los detenidos “vinieron a buscar la droga acá para llevarla a Río Cuarto”. Tampoco vacilaron en relacionar la droga con un conocido proxeneta local, que es dueño de varios burdeles cercanos al lugar de la detención.
Para la Policía, no obstante, el destino de la droga era ser comercializado en Villa María y en la cárcel local.
De acuerdo con datos recabados por EL DIARIO, cada ladrillo (un kilo) podría venderse al por mayor en una suma de alrededor de 450 pesos. La suma es simple: casi dos mil pesos de marihuana fueron incautados en el procedimiento realizado por la Policía Federal.