“No hay absolutamente nada en lo que se refiera a red de contención. En el caso de los chicos judicializados, que tengo yo y que derivo a instituciones para que les hagan un tratamiento, nunca sabés bien si vuelven de ese tratamiento realmente recuperados. Y acá no tenemos cómo hacer seguimiento. Entonces, no hay ningún tipo de contención; no hay nada para esto. Si ese chico viniese al Juzgado de Menores y nosotros tuviésemos la posibilidad de insertarlo socialmente, a nivel laboral o educativo, sería distinto. Pero no hay absolutamente ninguna posibilidad. Antes, en los '80, por ejemplo, llegaban al Juzgado muy esporádicamente chicos con problemas de adicción. Hoy, por lo menos el 90% de los menores tienen problemas de adicción, hablando de las drogas ilegales, porque el alcohol, por ejemplo, es una droga legal. La droga usada más comúnmente ya ha dejado de ser la marihuana. Hoy es la cocaína. Es alarmante. Y nadie pone nada; los padres no hacen nada, no hay adónde recurrir para tratamientos, la obras sociales no cubren los tratamientos -que es otra cuestión- y toda la desorganización social en virtud de la cual uno no puede ejercer los controles más elementales, como que el chico cumpla con la educación obligatoria y, por ende, luego tampoco tiene inserción laboral de ninguna naturaleza. Y este problema se da en todos los niveles sociales. En todos los niveles sociales hay serios problemas con las drogas.
Hoy se está discutiendo si bajamos la edad de imputabilidad a 14 años y todo lo demás, pero ¿qué ganamos bajando la edad, subiendo la edad o poniéndole más pena? Nada. Porque el problema de fondo no lo tocamos. Los menores están desamparados. ¿Qué vamos a hacer aumentándole la pena? Ni siquiera tienen las mismas garantías jurídicas que los adultos. En este momento, no tienen ninguna garantía. El juez de Menores investiga, condena y termina aplicándoles la pena. No es como en el caso de los adultos, en que hay un fiscal que investiga y una cámara que evalúa si el fiscal acusó bien y luego impone una pena. En el caso de lo menores, no importa si el juez acusó bien o mal, total, él mismo va a ser quien condene. Es una locura.”