Qué significa planificar? Organizar, acomodar en relación a un plan a objetivos fijados de antemano.
Entonces "planificación familiar" es organizar cómo queremos que sea nuestra futura familia, cuántos queremos ser, quiénes queremos que estén, cómo vamos a desenvolvernos, cuáles van a ser las funciones y roles de cada uno, etcétera. ¿Todo esto en función a qué? A estar tranquilos, con el mínimo de riesgos posibles (porque riesgos siempre hay) y sobre todo a poder disfrutar de nuestra familia.
¿Por qué hinchamos tanto los adultos en que ustedes los jóvenes tienen que planificar? Por una parte por los riesgos físicos que implican un embarazo adolescente y que a lo mejor sólo les podría preocupar a las chicas, que son las que lo viven en carne propia (aunque seguramente también hay varones que se preocupan y se ocupan de sus novias, por suerte), porque así como el cuerpo se tiene que preparar para un embarazo durante nueve meses, la psique -o pensamiento o cabeza, como quieran llamarlo- también necesita su tiempo para poder desempeñar el rol de papá o mamá o pareja y ese tiempo de preparación es la adolescencia.
Durante la adolescencia nuestra personalidad se afianza, se fortalece, se asegura, se termina de conformar. Por eso seguramente ustedes han sentido o sentirán en determinados momentos dudas, miedos, a veces ni siquiera saben definir quiénes son, ni qué quieren. A veces quieren una cosa, después otra, cambian constantemente. A veces aman a alguien y piensan que no pueden vivir sin él, después se les pasa y aparece otro u otra, a veces están muy contentos y eufóricos, después tristes sin saber por qué, dan la contra permanentemente a los adultos aunque a veces piensen que tienen razón, etcétera.
Imagínense tener una pareja y un bebé que necesita toda la atención y cuidados permanentes cuando a uno le pasa todo lo que yo les decía recién. Un caos.
Porque al bebé seguramente lo van a cuidar. Pero ustedes ¿cómo van a estar?
Por eso insistimos con la planificación, porque queremos que ustedes disfruten la adolescencia como corresponde, sin más responsabilidades que las que tienen, estudiar, conocerse y crecer.
Y planificar no sólo es decidir cuántos hijos quiero y cuándo los quiero, también hay que planificar nuestras relaciones sexuales. ¿Para qué? para cuidarnos y cuidar al otro.
El punto no sería no tener relaciones, sí estar más preparados.
Si van a tenerlas, que sean planificadas, organicen cuándo, dónde, con quién, cómo, hablen con sus parejas, imagínense como serían las relaciones, disfruten de organizarlas, de esa manera los riesgos son menores.
Si lo hablan y exigen que se respeten sus derechos -es decir que se haga como ustedes eligen- de esa manera van a disfrutarlas, no van a tener experiencias traumáticas, ni dolorosas y aunque su primera vez no sea con quien van a pasar el resto de sus vidas, esa experiencia les va a servir para las otras, y para crecer en la sexualidad.
Cuidarse y cuidar al otro determina que los dos lo pasemos bien, que sea bueno para ambos y que ninguno corra riesgos y que después no nos tengamos que preocupar de otra cosa que no sea seguir disfrutando.
Habrán observado que siempre hablé de cuidarse y disfrutar en general, no diferencié a chicas de varones, porque cuidarse es una responsabilidad y una elección de ambos: si los chicos no llevan preservativo, lo tienen que llevar las chicas. Por eso hablábamos de planificar y organizar. Y cuando digo disfrutar lo digo para ambos, en las relaciones sexuales, tanto chicas como chicos tienen que disfrutar y estar tranquilos.
Lic. María Gabriela Pihen
MP 2403 - Centro de Terapias de Vanguardia
centrodeterapiasde
vanguardia@yahoo.com.ar
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