La Asociación Civil “Verdad Real, Justicia para Todos” quiere hacer pública su reflexión sobre el juicio y condena a Mauro Alberto Barrionuevo.
Es muy difícil expresar lo que se siente en un momento así, hemos estado acompañando a la familia, pero por sobre todo a la madre de Lucrecia, esa joven que en la flor de la juventud la vida le fuera arrebatada miserablemente.
Quitar la vida a alguien, arrogarse el derecho de ser Dios, es un acto de soberbia, de aberración, de demencia, es no apreciar la propia, pues matar marca un antes y un después en el desempeño futuro y en la propia conciencia.
Nunca será mucha para la familia de la víctima la condena impuesta, y nunca será poca para la familia del acusado, en este caso no había antecedentes previos. ¿Y para la sociedad cuál es la condena suficiente? ¿Condenar y reprimir es el único camino, nos da seguridad de que no volverá a ocurrir? ¿Cómo prevenimos para que no sigan surgiendo “Mauros” y muriendo “Lucrecias”? ¿Tenemos la respuesta?
Sabemos que todo aquel acto que atente contra la integridad del prójimo debe ser castigado, y la justicia en este mundo la administran los hombres, hombres con aciertos y errores iguales a cualquiera de nosotros.
Esta vez, en este proceso se ha encontrado al culpable. Y la ley debe ser irrefutable, categórica a la hora de pronunciarse. Estamos satisfechos, hasta eufóricos: la Justicia, a la que desgraciadamente increpamos tan seguido por su falta de respuesta a nuestras rogativas, ha cumplido.
¿Ha cumplido? Y esta pregunta no significa literalmente una duda, es un disparador para cuestionarnos, reflexionar sobre este tipo de hechos, sobre la justicia misma, sobre nosotros mismos como personas en lo individual y como sociedad en lo colectivo.
Estamos conformes, satisfechos, pero ¿estamos satisfechos porque se condenó al imputado, o porque se llegó a la verdad real?
Como Asociación que lucha por la justicia y la verdad real, esperamos sinceramente que esa verdad tan esquiva en otros juicios anteriores, en muchos caso que aún no fueron a juicio y en otros quizás nunca lleguen a elevarse a juicio, se haya manifestado en toda su expresión, para que tengamos fe y esperanza en el camino por recorrer, y resarza por lo menos a la familia con la paz de espíritu que tantos otros familiares aún no podemos lograr.

Asociación Civil “Verdad Real,
Justicia para Todos” de Villa María