Escribe: Jesús Chirino


En pocos días se cumplirán 40 años de los sucesos del 29 y 30 de mayo, que se conocen como el “Cordobazo”. Cuando, luego de un proceso histórico marcado por las luchas populares, el pueblo cordobés salió a la calle con la historia en sus manos. Aquellas jornadas hirieron de muerte al Gobierno dictatorial de Juan Carlos Onganía. El Cordobazo no surgió de la nada, fue parte de un proceso social que implicaba una cultura política que propiciaba resistencia y oposición al autoritarismo que practicaba una parte de aquella sociedad dualista. Ese fenómeno sociopolítico, con sus especiales características, trascendió los límites de la ciudad en que se manifestara con tanta claridad a finales de mayo en el ‘69.

@Trabajadores y estudiantes en Villa María

El 30 de agosto de 1968, con la asistencia de Raymundo Ongaro, se constituyó en Villa María la filial local de la CGT de los argentinos. En el año siguiente se configura la comisión Coordinadora de gremios de Villa María, la que desarrolló una experiencia combativa que incluyeron las manifestaciones estudiantiles y obreras que se dieron en la ciudad en el clima de la época de el Cordobazo. Según recordaba el historiador Bernardino Calvo, cuando el 15 de setiembre de 1970, Agustín Tosco por primera vez ocupó una tribuna del movimiento obrero local señaló que esta ciudad era la única del interior de la provincia que adhería a la mayoría de las protestas sucedidas luego de el Cordobazo.

El 21 de mayo de 1969 el por entonces combativo “Sindicato Regional de Luz y Fuerza, sede central Villa María” emitió un comunicado de prensa firmado por su secretario de Prensa, Jorge M. Bossi y el secretario General Mateo Massanet. El gremio que entonces nucleaba a 2.200 trabajadores de 140 localidades del interior de la provincia, pedía por la unidad total y definitiva del movimiento obrero.

@Conciencia histórica

En el comunicado, los dirigentes villamarienses dan muestras de la comprensión que poseían del proceso histórico que vivían. Así es que entre otras cosas señalan que la Ley Nacional 18.204, fue la “gota que rebalsó el vaso”. El mismo escrito manifestaba que la norma fue “...dictada con el pretexto de unificar la jornada semanal de trabajo de 48 horas en todo el país...”, cuestión que respondía a los planteos patronales que consideraban como “atentatoria a sus intereses, la tradicional jornada de 44 horas establecida en nuestra provincia hace -decía el comunicado- más de un cuarto de siglo, mediante la Ley 3.546 de Sábado Inglés”. También dejaron en claro su oposición al congelamiento de salarios “impuesta por la política económica oficial, rechazada y repudiada por todos los sindicatos…” que exigían el llamado a la constitución de paritarias “ante el incesante aumento del costo de vida que hace cada día más dramático y difícil sostener con decoro y dignidad las más apremiantes e inexcusables necesidades de los hogares modestos”.
Bossi y Massanet señalaron que la opresiva situación que vivía el pueblo se veía agravada por la “falta de una auténtica y amplia unidad del Movimiento Obrero Argentino”, por ello celebraban como muestra de la unidad deseada el paro que se había realizado unos días antes en la ciudad de Córdoba.

Luz y Fuerza de Villa María manifestó que compartiría toda “actitud en que prevalezcan los irrenunciables principios de la unidad del movimiento obrero”. Con clara conciencia del momento histórico que se vivía, advirtieron sobre los oportunistas de turno y tampoco “servir” a algunos políticos que tratarían de sacar provecho del momento. También manifestaron su “fe en la juventud que igualmente lucha para los cambios que indefectiblemente deberán darse en este proceso”.

Por entonces, según recuerdan quienes vivieron la época, la juventud villamariense estaba movilizada. Muestra de ello es la nota que “Opinión” publicó el 23 de mayo de 1969 con título “Corridas estudiantiles, hubo”. Se comentaba la “marcha del silencio” que la tarde del día anterior habían realizado casi cuatrocientos estudiantes. Los jóvenes marcharon en medio de un silencio que sólo fue interrumpido por las estrofas del Himno Nacional. Sus pasos los llevaron, por la calle Gral. Paz, hasta la iglesia de los padres trinitarios donde encontraron resguardo en momentos en que se iniciaba la misa de las 19 horas.

Cuando Alejandro Agustín Lanusse estaba al frente del Poder Ejecutivo Nacional, Agustín José Tosco, figura central de el Cordobazo, hablando en una tribuna gremial de la ciudad inició su discurso diciendo: “Querido compañeros, queridas compañeras de la ciudad de Villa María, en primer lugar quiero agradecerles profundamente a todos ustedes la solidaridad combativa que se expresó a través del largo tiempo que estuve en la prisión y que fue una eficaz contribución a la lucha popular, única causa, exclusiva causa que permitió que se me rescatara de las cárceles de esta infame y asesina dictadura”.

Los hechos narrados aquí no son los únicos sucesos que entonces se dieron en una Villa María que, cuando el hombre se disponía a dar el primer paso en la luna, reclamaba que se avanzara hacia una sociedad justa.