Una tensa jornada se vivió ayer en el quinto piso del Palacio de Justicia local, tanto dentro como fuera de la sala de audiencias de la Cámara del Crimen, en el marco del juicio que se le sigue al albañil Arturo Barrías, acusado de haber violado a una menor de 13 años.
Si bien los medios de prensa no pueden acceder al recinto de deliberaciones porque el hecho que se investiga es de instancia privada, desde los pasillos se pudieron escuchar expresiones a viva voz y el llanto de la denunciante -madre de la presunta víctima- tanto al momento de prestar declaración como testigo de la causa, como cuando se tuvo que enfrentar con Barrías en un encendido careo.
En tanto, apenas concluyó el debate se produjo un incidente (que afortunadamente no pasó a mayores gracias al estricto operativo de seguridad montado por personal del Servicio Penitenciario), ya que la progenitora de la chica, otras dos mujeres y al menos cuatro hombres increparon con duros términos al acusado en momentos que era retirado del lugar.

Pudo ser peor

Insultos de todo tipo y calibre, sumados a algunos empujones, caracterizaron la tumultuosa salida de Barrías del ámbito tribunalicio donde se sustancia este juicio oral y privado.
Sin embargo, la experimentada tarea de los cuatro efectivos carcelarios que custodiaban al supuesto violador, encabezados por el ayudante mayor Walter Hinny (habitual nexo entre el Establecimiento Penitenciario Nº 5 y Tribunales) evitó que la agresión verbal se convirtiera en física, por lo que no hubo que lamentar lesionados ni se produjeron detenciones.
Tanto este episodio como lo que los testigos expusieron en el interior de la sala, pusieron al descubierto lo que ya es un “secreto a voces” en relación a la causa, y que tiene que ver con una encarnizada disputa que mantienen las familias de las partes en conflicto.

Los testimonios

En principio, en la audiencia de la víspera iban a declarar dos médicos forenses cordobeses (que no pudieron viajar por cuestiones profesionales), la madre de la menor y una hermana de Barrías, pero sobre la marcha se produjeron algunos cambios.
En primer término compareció la denunciante, quien lo hizo en forma extensa y por momentos bajo un incontenible llanto que se escuchó desde el exterior de la sala, en los siempre silenciosos pasillos del quinto piso de Tribunales.
Según pudo saberse, los dichos de la mujer llevaron al propio Barrías a pedir un careo con ella, lo que efectivamente se llevó a cabo y en subido tono, también audible desde los alrededores del recinto.

Detrás del caso

Pese a que el juicio se realiza a puertas cerradas, por aquello de que la causa es de instancia privada, el énfasis que pusieron algunos de los testigos a la hora de declarar evidenció que la confrontación familiar es feroz y que hay “otras cuestiones” detrás de la grave acusación que se le atribuye a Barrías.
Luego del exaltado careo, compareció una hermana del albañil, circunstancia que llevó a la madre de la menor a exigir al tribunal que también declararan otros miembros de su familia.
Fue así que testimoniaron una hermana y el padre de la denunciante, y hasta se convocó a su hijo mayor, de 17 años, quien tras ingresar a la sala y ser impuesto por el juez de la posibilidad que le acuerda la ley para abstenerse de declarar, decidió guardar silencio.

Peritos médicos

En tanto, los forenses de la capital provincial que iban a comparecer ayer, lo harán recién mañana, aunque casi con seguridad sólo uno concurrirá a Tribunales para hacer referencia a un certificado médico que expidieron el 19 de junio del año pasado, según el cual la menor presentaba signos de haber sido desflorada y una lesión -ya cicatrizada- en la región vaginal.
De todos modos, y tal como lo anticipó EL DIARIO en su edición de la víspera, ese certificado se contrapone con uno que, 18 días antes, había extendido el por entonces médico forense del Palacio de Justicia local, Miguel Angel García, quien refirió (y así lo ratificó el martes al declarar en la primera audiencia del juicio) que la menor era virgen.

Otros detalles

La tercera jornada de este intrincado proceso continuará hoy, desde las 8.30, oportunidad en la que se les receptará declaración informativa a dos menores, sobrinos de Barrías, que son (y eran, al momento de los hechos) compañeros de escuela de la chica en cuestión. También comparecerán tres mayores, testigos ofrecidos por la defensa del albañil.
Cabe recordar que, además del juez Fissore, intervienen en este juicio el fiscal de Cámara, Francisco Márquez; la abogada craikense María Cristina Valles (quien ejerce la defensa del acusado), y el secretario Roberto Jue.
Arturo Barrías, nacido hace 35 años en Villa Nueva, está detenido desde el 29 de mayo de 2008 (cuatro días después de haber sido denunciado y dos días antes de haberse expedido el primer certificado médico), y comparece imputado como presunto autor de “abuso sexual con acceso carnal calificado, reiterado”, “violación de domicilio” y “desobediencia a la autoridad judicial”.