"Fui a buscar los rastros del pasado y me los encontré en los rostros de ahora."
Mediante esa síntesis, el fotógrafo entrerriano y radicado en La Plata Xavier Kriscautzky describió a EL DIARIO su primer viaje hacia el ingenio azucarero Esperanza en Jujuy, un siglo después que el entomólogo Carlos Bruch hubiese retratado a los habitantes de aquel poblado como parte de una expedición científica.
El jueves por la noche, Kriscautzky inauguró la muestra "Desmemoria de la esperanza", en la planta baja del Museo Municipal Fernando Bonfiglioli, organizado por F5/Fotoescuela.
Allí exhibió 45 imágenes en color donde se manifiestan las características del lugar y las cualidades de las personas que habitan suelo jujeño y que deben enfrentar acaso similares problemáticas a las que sus ancestros lidiaron a principios del Siglo XX.

s En rescate

La historia de la muestra comienza con un karma nacional: la indiferencia ante el pasado remoto. Xavier, quien exiliado en Brasil durante la última dictadura se especializara en fotografía documental y testimonial, estuvo a cargo del Departamento de Fotografía Científica del Conicet en La Plata.
Uno de sus proyectos fue el "Rescate del patrimonio histórico-fotográfico" del museo de la capital bonaerense. En su archivo se encontró con 10 mil negativos de vidrio, es decir material prefotográfico, "tiradas y llenas de hongos".
De esa cantidad, Kriscautzky pudo rescatar a 3 mil de los cuales 160 (en formato de 18 por 24 centímetros) comprobó que pertenecían a la campaña científica que llevara adelante el antropólogo Roberto Lehmann Nitsche junto al mencionado Bruch en 1906.
"Logré referenciar esas imágenes porque en 1907 se habían publicado en la revista Anales del museo como estudios antropológicos sobre chiriguanos, chorotes, matacos y tobas. Su intención era corroborar que los pueblos originarios eran una raza inferior. Fue un modo de justificar la mal llamada campaña del desierto", indica el autor.
"En las fotos se ven los miembros de las diferentes etnias, casi todas guaraníes, con dejos de tristeza. Era porque estaban esclavizados o semiesclavizados. También había fotos de desnudos porque en esa época se habían prohibido las fotos eróticas entonces con el pretexto de ser científicos se vendían de esa manera", añadió.

s “Me prohibieron mostrarlas”

Recuperada gran parte de los negativos, el fotógrafo le mostró el trabajo a la (todavía) directora del Museo de La Plata. "Me prohibió que expusiera las fotos porque alegaba que de esa manera se cuestionaba a los prohombres de nuestra historia, a los científicos de aquella época. Al tiempo fui a la Biblioteca Nacional y Daniel Filmus, en ese entonces ministro de Educación, se interesó por el material y me sugirió que lo presente como un libro. Al final se editaron 20 mil ejemplares para las escuelas", rememoró.
¿Por qué el título de la "Desmemoria..."?
- Debido a que estas cosas parece que no las queremos ver. La memoria ahora parece que alcanza hasta la última dictadura pero si no blanqueás las muertes anteriores, la matanza de los indígenas, por ejemplo, no podés seguir adelante.
¿Los actuales habitantes pudieron ver aquellas fotografías?
- Sí, la segunda parte del libro es la exposición de esas imágenes en 2006 en un centro recreativo del ingenio que no se abría en 50 años. Son tan impresionantes algunos parecidos que muchos creyeron ver gente conocida.
¿Cómo se vive actualmente allí?
- No viven como esclavos, pero se nota el grado de pobreza y sometimiento. Aunque en los últimos tiempos hay una suerte de reivindicación de sus raíces que deja de lado la negación por miedo a la discriminación, tanto por los reconocimientos del Estado como por el triunfo de Evo en Bolivia. Otra cosa llamativa son las caciques mujeres, que remplazan a los hombres que tienen que trabajar o buscar trabajo. Pero lo que me sorprendió fue que las personas que fueron a la muestra estaban bien vestidas. Decían que nunca más van a salir retratados como humillados.