Señor director:
Quiero agradecer a todo el personal de la Clínica Fusavim, en especial al doctor Gerbaudo, por su profesionalismo, su responsabilidad, su devoción por el trabajo que realiza.
Dr. Gerbaudo, gracias a usted y a su equipo. Realmente lo tengo que felicitar porque respeta un trabajo, que es para usted un apostolado. Es usted lo que se dice una verdadera persona de bien.
Lo mismo que usted, la doctora Rosi.
Y gracias también para las enfermeras del piso, que dejan de lado sus problemas y otros temas de importancia, para dedicarse de lleno al prójimo, lo que resulta ¡admirable! en esta época en la que vivimos, en la que los medios se ocupan de los políticos de turno, y nadie habla de los hombres y mujeres que día a día trabajan con amor por lo que hacen.
Dios los bendiga, lo mismo que al cuerpo médico y a los residentes de terapia intensiva, ¡qué profesionales!, ¡qué gran equipo! con los enfermeros y las enfermeras que los acompañan...
Gracias, chicos. No desfallezcan, porque lo que ustedes tienen es un don que les ha regalado Dios. Que él los bendiga siempre.
Y por último, al señor W. Rodríguez, administrador, quiero decirle que la medicina es un apostolado, es misericordia, bondad y amor al prójimo; no un comercio. Con todo respecto, cuando usted lo entienda así, va a entender lo que se siente siendo hijo de Dios.
De todas maneras, gracias y que Dios lo bendiga.
Juan Carlos Zucarello
DNI 6606995
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