"Son cosas simples, poemas dichos desde el corazón y sin solemnidad, canciones sin grandilocuencia ni efectos especiales, seres humanos al desnudo."
Así describió Pipo Lernoud al ciclo itinerante titulado "Poemas y canciones", cuya última edición arribó en primera instancia a Río Ceballos (el viernes pasado) y luego a Villa María (el sábado), y que tiene al periodista y compositor como uno de los integrantes del singular colectivo de poetas y músicos.
El artífice y testigo de la génesis de nuestro rock nacional, creador de la mítica publicación "Expreso imaginario" y editor de la revista La Mano se presentó en la Medioteca Municipal Mariano Moreno junto a jóvenes promesas y experimentadas figuras provenientes de Buenos Aires e invitados de nuestra ciudad, ante una sala repleta.
La idea original en realidad surge del poeta capitalino Hernán (ex miembro de Acción Poética junto a Palo Pandolfo entres otros) y su proyecto multiartístico "Trenes hacia afuera". La velada, cálida, minimalista, ofrecida mediante susurros poéticos, parecía recobrar en parte aquella mística de las performances de los años sesenta y setenta, donde las palabras y los sonidos en auditorios se extendían como un limbo creativo. En primer lugar subió a escena el escritor Osvaldo Vigna ("La poesía es la superación de la razón y de la sin razón por otros medios"), continuó la música de Gigio (el ex Cienfuegos, cantó “Amapola” de su autoría y que interpretara Hilda Lizarazu), quien dio pie a la puesta de Hernán (que escogió textos propios y ajenos desparramados en el suelo), acompañado de Walter Zelkner en efectos sonoros.
Antes del exquisito recital acústico del cantautor Juan Ravioli, se presentaron los locales Iván Wielikosielek (poemas dedicados a su "viejo" y a su "vieja") y Gustavo Borga (rotundos textos del libro "Hermoso niño rubio" y el relato "La piedra"). El cierre estuvo a cargo del propio Pipo y de la banda Esquizodelia.
@Historia de una canción
Por su parte, Lernoud escribió en el folleto que acompañó a la presentación una anécdota que lo involucraba en una circunstancia adversa en nuestra ciudad cuando tan sólo era un joven "melenudo". "Hace cuarenta años estuve en Villa María, preso por pelo largo y portación de aspecto sospechoso, casi una semana a la espera de mis antecedentes que llegarían por correo", cuenta. "En la comisaría escribí un poema que después Miguel Abuelo convirtió en canción, grabada por los primeros Abuelos de la Nada (con Pappo en la guitarra) y años después vuelta a versionar en Francia: ‘Estoy aquí parado, sentado o acostado’. De esos versos sacó Pappo parte de la letra de su ‘Hombre suburbano’ (‘un hombre sin historia/sin tiempo, sin memoria’). Y yo utilicé nuevamente esa frase para titular mi libro de poemas Sin tiempo, sin memoria. A pesar de la incomodidad del calabozo Villa María me trató bien aquella vez."
Pipo, en tanto, volvería el año pasado para brindar el primer encuentro de Café Cultura Nación, invitado por la Universidad Popular.
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