El partido, además de todo lo sucedido dentro del campo de juego, también contó con acciones lamentables fuera de él. En un principio, Ventura, tras retirarse del campo de juego por expulsión, se trenzó a las piñas con algunos integrantes de la parcialidad local.
Sin dudas, el hecho, si no hubiera sido por la rápida intervención policial y de los conscientes, podría haber sido más grave y desnuda falencias del nuevo estadio del “fortín”, ya que no hay nada que conecte al campo de juego con los vestuarios, y que entonces divida dicha zona con los sectores en el que se agrupa la parcialidad local.
También, al final del partido y en dicho sector, que estuvo ocupado por mucha gente, el técnico “albo” se agredió verbalmente y estuvo cerca de irse a las “piñas” con el delegado “albirrojo”, Alvarez, y otras personas que representan al elenco villamariense.
Y para terminar una tarde negra, jugadores y allegados a la visita provocaron otro tumulto (que también contó con golpes de puño) junto a algunos simpatizantes locales, entre ellos, un jugador de la reserva.
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