Alumni se caracterizó, en los últimos tiempos, por tener a un central grandote y de jerarquía, de esos que intimidan por altura y personalidad.
Hernán Medina, ex Belgrano y Boca, llegó en el Argentino B, formó parte del plantel que logró el ascenso (aunque estuvo ausente en las finales) y también participó en el Argentino A.
Tras la partida de la “Tota” (hoy en Maipú de Mendoza), el lungo del fondo llegó desde Talleres de Córdoba: el bellvillense Daniel Mustafá, quien jugó una temporada, cumplió con su parte y partió para militar de nuevo en la segunda división del fútbol argentino, vistiendo la casaca de Ben Hur de Rafaela.
El último de los longilíneos fue Cristian García, ex Talleres, Independiente y Olimpo -entre otros- que le puso el pecho a un momento flojo de la institución en el certamen, pero terminó destacándose en el equipo que logró mantener la categoría.
Esta vez, para remplazar al “Flaco”, Mauricio Magistretti vino con una sorpresa bajo el brazo, aunque por recomendación de gente que conoce al club: los hermanos Arzubialde.
José Figueroa, jujeño, de 24 años, viene de destacarse en el Argentino B, jugando para 9 de Julio de Morteros y las ganas que muestra -además de sus condiciones, claro está- hacen que Alumni pueda comenzar a olvidar aquellos nombres encumbrados, aunque las etapas no son las mismas y, en el fútbol, a veces no es bueno hacer comparaciones.
“Ellos son grandes jugadores, pero la responsabilidad de uno es rendir, no tanto compararme con los jugadores que estuvieron”, afirma Figueroa.
“Mi objetivo es rendirle al técnico, a los compañeros, a los directivos y a la gente que viene a apoyar; entonces cada vez que me toca entrar al campo de juego, soy consciente que tengo que hacer todo bien y no fallar”, remarca, mientras trata de adaptarse a la ciudad y su gente.
No obstante, para llegar a su punto máximo, el jujeño revela que “todavía falta” progresar en el aspecto físico.
“Tengo que seguir mejorando porque creo que me falta un poco, pero vengo trabajando bien y mi idea es llegar al debut conociendo mejor a los compañeros, ya que es fundamental en la parte defensiva, por los relevos y los respaldos”, comentó el sábado, luego del amistoso que Alumni le ganó a Estudiantes de Río Cuarto.

@Otro nivel
Figueroa tiene buenos antecedentes en el Argentino B y, de hecho, en Morteros lamentan mucho su partida, por lo que significaba en la defensa.
Sin embargo, el Argentino A es otra historia y, en ese sentido, el “Flaco” (para muchos, parecido a Schiavi) la tiene clara.
“Es otra categoría, son otros los rivales, una competencia más dura, así que hay que seguir trabajando para progresar. Uno aspira eso en la parte personal y ojalá que Alumni sea un paso importante en mi carrera”, reconoció.
A la hora de hablar del paso previo, este jugador de 1,90 metro contó que surgió de Gimnasia de Jujuy desde los doce años. De allí pasó al Argentino B para vestir la casaca de Atlético Ledesma.
En el club donde surgió el “Burrito” Ortega, Figueroa no alcanzó a enfrentar a Alumni. “Llegué después de aquella semifinal”, señaló. Y finalmente recaló en Morteros, donde jugó un año y medio, para finalmente convertirse en el nuevo refuerzo de Alumni.
¿Cómo llegó? Resulta que Alberto Arzubialde y Mauricio Magistretti fueron compañeros de equipo en San Martín de Mendoza, se conocen desde hace tiempo y se respetan mucho.
Héctor Arzubialde, en tanto, siempre dice que cuando pueda ayudar al fútbol local, lo hará sin problemas, como lo hace cada vez que viene al curso de director técnico que se dicta en la Universidad de Villa María.
En ese contexto, Figueroa indicó que cuando los Arzubialde “se enteraron que había quedado libre, hicieron el contacto con Magistretti”.
“Por esas buenas referencias que dieron sobre mí ahora tengo que responder, tengo que cumplir con esas expectativas”, admitió el jujeño.
Por lo pronto, después de algunas dudas que dejó en el partido contra Racing, Figueroa arrancó elogios desde la tribuna cuando el elenco villamariense venció a Estudiantes, en Plaza Ocampo.
Pero claro que no fue sólo él quien mostró una mejoría, sino el equipo en general. Y en ese sentido, el central opinó: “Teníamos que corregir errores; el amistoso sirvió para sumar minutos de fútbol, para agarrar ritmo, para borrar nuestras falencias y pulir nuestras virtudes”.
Mientras, va palpitando el Argentino A que comenzará el 24 del corriente mes, con algunas certezas: “En el campeonato pasado se vio lo que es este torneo. Hay canchas durísimas, donde se hace muy difícil sumar puntos; hay rivales complicados... Pero lo importante es hacernos fuerte de local para que los equipos que vengan sientan jugar de visitante, como lo sienten todos cuando van a San Juan, Salta o Jujuy”, afirmó, para finalmente manifestar que “acá no hay ningún candidato; los equipos dependen mucho de la concentración y del orden; a eso apuntamos”.