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La cabeza es grande, el cuello corto y el cuerpo más largo que las piernas |
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Además de ser encantadores y cautivantes, los recién nacidos, pueden presentar algunos rasgos físicos o funcionales, que aunque son normales suelen generar cierta preocupación en usted.
Vale la pena que juntos compartamos estos rasgos para lograr identificarlos y calmar cualquier tipo de preocupación e inquietud.
Al primer vistazo, se destacan sus particulares proporciones, la cabeza es grande, el cuello es corto y el cuerpo es más largo que las piernas.
Su piel es una piel cubierta de una sustancia que cumple la función de proteger y regular su temperatura corporal denominada vernix caseosa.
También, además de presentar un color de piel en general rosado más subido, la misma presenta pequeñas manchas rojas diseminadas irregularmente, a veces con un diminuto punto blanco en el centro. Las mismas se consideran ocasionadas por el pasaje de hormonas maternas, por lo que no se debe atribuir como causante de las mismas a la dieta que lleva la mamá o a posibles erupciones de la leche materna.
Las hemangiomas son manchas rojo vinosas o de tono similar sin relieve, con frecuencia localizadas en la nuca en la transición entre el pelo y la piel, párpados superiores y espacio entre las cejas, otro sitio de presentación es en la zona de la columna lumbar. Todas se acentúan con el tiempo, hasta desaparecer sin dejar rastros.
El lanugo, vello más o menos evidente aparece en zonas de la piel como hombros y espalda, el mismo tiene en cada uno de los recién nacidos amplia variación individual.
Las fontanelas ubicadas en el cráneo, son espacios limitados blandos y depresibles, diseñados para permitir el rápido crecimiento del cráneo. La fontanela más grande, se puede palpar en la zona más alta de la cabeza, entre el hueso de la frente y los laterales, estas formaciones pueden hincharse con el llanto o respiración, lo cual es totalmente normal. Las mismas comienzan a cerrarse pasado el año de vida, y por lo general, persisten hasta los 18 meses.
Como resultado de las fuerzas producidas por las contracciones uterinas durante el trabajo de parto, suelen ocurrir ciertas deformidades craneales; las fontanelas, la eventual superposición de algunos huesos y la capacidad de adaptarse al canal del parto, permiten la modificación de algunos diámetros que posibilitan el nacimiento. Estas curiosas alteraciones en cuanto a las características de la cabeza, se corrigen solas en los primeros días posteriores al nacimiento, y por lo tanto no merecen ningún tipo de tratamiento.
En cuanto al tórax del recién nacido, sus pechos pueden estar hinchados y dejar escapar una secreción lechosa, esto no supone ningún tipo de enfermedad, simplemente es el paso de hormonas maternas al bebé.
Su abdomen es globuloso, los músculos de la pared abdominal no son tan fuertes como los de la columna vertebral, la naturaleza prefirió hacer más fuertes los músculos de la espalda, para que el niño sea capaz de levantar la cabeza si se encuentra boca abajo. A causa de esta relativa debilidad de la pared abdominal, el ombligo o lo que queda luego de la caída del cordón puede ser en algunas ocasiones protuberante, y sobresalir más aún con el llanto del bebé.
En algunas ocasiones se observan en sus labios ampollas casi planas, poco perceptibles, producidas se supone, por el despegamiento de las capas superficiales de la piel ocasionadas por la succión vigorosa.
Las niñas suelen tener un flujo vaginal escaso blanquecino, considerado normal, ocasionado por hormonas maternas.
En los niños el prepucio no puede retraerse, esto es normal y con el tiempo el prepucio podrá despegarse del glande.
Por otro lado es habitual que las uñas de manos y pies tengan un leve color violáceo; también alrededor de la boca puede notarse un tono más oscuro de la piel, esto no significa enfermedad, pues es debido a la lentitud de circulación de sangre en esas zonas. Esto determina que estas regiones aparezcan algo más frías que otras, por lo que no son muy buenos indicadores de la temperatura del bebé. En caso que se desee conocer la misma, lo mejor sería aplicar en las zonas del tórax o espalda, las manos, lugares en los que la sensación debe ser al tacto cálida y agradable.
En nuestro próximo encuentro continuaremos compartiendo juntas los cambios físicos y funcionales del recién nacido.
Sofía Chianalino
Profesora de Educación Física
Preparadora de PartosTaller Gestación
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