@Terminator 4, la salvación

Una nueva vuelta de tuerca para la saga de Terminator que ha diseñado Hollywood.
Después del Holocausto nuclear provocado por las máquinas que desean adueñarse de la Tierra, las artificiales corporizaciones deben enfrentarse a seres humanos que quieren restablecer el orden anterior.
Sara O’Connor, representando a la madre naturaleza, le da paso y la venia a su hijo John y a un grupo de sobrevivientes, que continúan con la lucha para que las máquinas no logren su propósito.
A manera de relanzamiento, Arnold Schwarzenegger pasa a la historia en el papel de robot salvador, para darle protagónismo a Christian Bale, aquel niño de "El imperio del sol", de Steven Spielberg, que luego trascendiera en "Psicópata americano", "Batman inicia" y "Batman: caballero de la noche". A saber: es el sexto actor que le presta el cuerpo al personaje de John con otro cyber-custodio.

@Angeles y demonios

Más condescendiente que "El Código Da Vinci", el nuevo filme "Angeles y demonios", basado en la novela original de Dan Brown, no va al choque contra la Iglesia Católica. Aunque el planteo inicial podría guiarnos a que los malvados de la película serían una especie de retrógrados medievales guiados por Torquemada, resulta ser todo lo contrario. Son "Los Iluminatis" (grupo dentro de la Iglesia que sólo existe en la ficción del filme), reconocidos como un sector interno protocientífico, que quiere vengar la persecución de hace siglos e instalar uno de los suyos ante la reciente muerte del Papa.
Más allá de que se define como un hombre sin el "don" de la fe, el detective principal de la trama es requerido por la seguridad del Vaticano para investigar un asesinato y el robo de una cápsula que contiene antimateria, denominada también "la partícula de Dios".
El director Ron Howard desaprovecha una trama con jugosa información eclesiástica o no sabe desentrañar tanta información, por lo cual estira la película veinte minutos innecesariamente. Aunque es interesante el paseo interno por la capital administrativa de la fe, y su cadena de acertijos a resolver.
Víctor Alvez