“A las 22.23 le pasaron la primera gota de médula tomado de mi mano. Estoy llorando de felicidad. Dios está con nosotros. A las 5.11 terminó el trasplante. Le doy gracias de todo corazón a todos.” Ese es el mensaje de texto que envió el 9 de abril Mary Casas, la mamá de Marco Karel Ludueña, a sus seres queridos.
El niño villamariense de 11 años, que había luchado durante más de 20 meses contra la leucemia, acababa de recibir la donación de una solidaria ciudadana alemana de 20 años.
Y una cadena de oraciones anclaba la vida de Marco a este mundo, al punto que semanas más tarde Mary publicaba en nuestras páginas una carta de agradecimiento...
Por entonces Marco ya tenía permiso para venir a Villa María, para disfrutar otra vez de sus hermanos, de sus amigos, de tanta gente que comprendía su lucha y su ejemplo, como ese señor empresario de la ciudad que se fue hasta Buenos Aires para regresar con una camiseta de Boca, la de Martín Palermo, con la firma estampada al lado de la dedicatoria para el mejor jugador, el pibe que se jugó entero por la vida.
La evolución era favorable, la médula nueva estaba funcionando “a la perfección”, según los mismos médicos que asistían al pequeño.
Los profesionales estaban “enamorados” de la personalidad de este pibe “increíble”. Es que el paciente guardaba las manzanas asadas que le servían de postre “para invitar a las visitas que recorren más de cien kilómetros para venir a verme”.
Lo que se dice un tipito bárbaro, querido por sus compañeros de la escuela Alberdi, apreciado además como ejemplo por los docentes.
Pero a veces la vida se pone terrible, incomprensible; borra unas sonrisas por acá, manda brotar lágrimas por todas partes; nubla los sentidos y ya no se puede entender por qué una infección puede más que el deseo de muchos, de todos.
La vida se va, a veces. El porvenir se queda congelado... Ayer, a las 15, volvió a suceder. Marco nos dejó para siempre con su corta historia y otro por qué al que no le cabe ni una sola respuesta.
Está siendo velado en Parajón Ortiz y Catamarca. Será llevado al cementerio La Piedad a las 17. Un niño lindo y bueno como tantos, que transmitió cosas positivas hasta que pudo.
Lo sentimos mucho.
S.V.
@Solidaridad
La escuela “Juan Bautista Alberdi”, a la que concurría Marco, informó que hoy no dictará clases.
Por otra parte, un grupo de personas cercanas informaron que el fin de semana próximo, en el centro vecinal de barrio San Justo, realizarán una pollada para ayudar a la familia.
Para cualquier información al respecto, se puede llamar al teléfono 154244504.
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