Escribe: Jesús Chirino
El IPEM 49, institución que popularmente sigue siendo conocida como “Escuela del Trabajo”, está cumpliendo ochenta años de vida. Para recordar antecedentes y momentos de la historia de tan querido instituto entrevistamos al profesor Hugo Ernesto Carrizo, quien fue docente y directivo del lugar y nunca cortó su vínculo con la escuela de sus amores.
Maestros rurales
Carrizo luego de jubilarse trabajó ad honórem, junto a Luis Tovo, en la organización del importante archivo de la institución. Pero como nunca ha podido dejar de transitar los pasillos de esa escuela, ahora está escribiendo la historia de la misma. En la entrevista comenta entusiasmado los hallazgos de materiales que ha realizado. Dice que la institución educativa “empezó a funcionar después de la escuela de maestros rurales que se inició en el ‘20 hasta el ‘28, porque fracasó se transformó en la escuela de artes y oficios, estamos celebrando los 80 años desde ese momento”.
Carrizo hace referencia a la institución inaugurada el 19 de octubre de 1920 bajo el nombre “Escuela Normal de Maestros Rurales, Agropecuaria e Industrial. Sarmiento”, la primera institución formadora de docentes de la ciudad.
Carrizo en sus rescates histórico encontró que “Antonio Sobral, siendo legislador de Córdoba, defendió aquellos maestros rurales, señalando que la escuela fracasó por falta de una serie de cosas”. El maestro agrega que “la metodología no era la adecuada, con tres años de cursado los alumnos egresaban como maestros rurales y de mecánica agrícola. Según decía Juan Müller la escuela se crea en una manzana de terreno, y eso fue una falencia, en tan poco terreno no podía funcionar una escuela agraria. Por entonces la zona era desolada, aún no estaba el embalse del Río Tercero, entonces mucho terreno se inundaba y por ello se buscó una manzana alta, entonces no había muchas calles marcadas en el lugar. Era una zona rural”.
Docentes con armas de fuego
El profesor Carrizo busca un inventario de 1919, allí se detallan los instrumentos proporcionados por el Gobierno a la escuela que se inauguraría. Entre otros se anotaron “dos escritorios de roble, dos bibliotecas, veinte tomos de obras literarias, un busto de bronce de Sarmiento”, hasta allí los elementos hablan de cierta escasez, pero son los habituales en una escuela. Pero más abajo, bajo el título “Armamento”, se detallan las “armas de fuego: 10 Winchester”. Según el mismo documento los docentes que trabajaron esa inhóspita zona también contaron con “armas blancas” como elementos de defensa, en el inventario quedaron registrados como “dieciocho espadines”. También fueron asentados “máquinas y herramientas, un motor a nafta, un automóvil marca Ford, tres caballos y una cocina económica”. El maestro Carrizo agrega que “en el año 1928, el auto y las armas de fuego pasaron a la jefatura del departamento… primero me resultó raro que en una escuela hubiera eso, pero es algo justificado, la zona era inhóspita, desolada, no había otra edificación cerca. Los alumnos llegaban a la estación de tren y se los esperaba para llevarlos a la escuela”.
La nueva escuela
Acerca del poco éxito de la escuela de maestros rurales dice que “en el año ‘28 sólo egresaron dos alumnos. Eso significaba que cada alumno costaba en aquella época doce mil pesos. En la Legislatura Sobral defendió los maestros rurales, pero también apoyó el cambio de escuela”.
“Entonces existían dos tendencias. Buenos Aires, luego de la guerra del ‘14, quería ayudar a mecanizar el campo. Por otro lado Córdoba quería crear una escuela de maestros rurales, con la intención, según decía Müller, que se crearan cinco más porque ya había escuelas normales, en Paraná, en Córdoba, pero no de esta modalidad. Entonces hacía falta, en esta pampa húmeda, crear varias escuelas para que los hijos de los estancieros, si querían ser maestros, supieran algo de mecanización del campo…”
La experiencia no arrojó los resultados pretendidos y en 1929 se creó, en el mismo edificio erigido en 1919, una nueva institución educativa: la Escuela de Artes Oficios y Mecánica Agrícola “Domingo Faustino Sarmiento”. Allí se inició el camino de los ochenta años de historia que se están celebrando. El próximo domingo recordaremos instancias de esa larga y fructífera vida institucional.
(Continuará)
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