Faltaban pocos minutos para las 2 de la madrugada cuando salió a escena, sólo con su guitarrita al hombro y sin una lista de temas programada. Comenzó a presentarse con el halo de humildad y parsimonia que caracteriza a los santiagueños.
Ese susurro de fraseos se plasmó luego al primer pasaje de su recital, vestido de canturreos propios de un cantautor que prioriza la sensibilidad musical aún ante un contexto peñero.
Pero de a poco, el artista oriundo de Frías iba echando su leña hereditaria que encendía zambas y chacareras a gusto de los jóvenes bailarines que poblaban de pañuelos y zarandeos en proximidad del escenario.
De esa manera, Raly Barrionuevo coronaba la exitosa peña de Doña Hortensia, el sábado por la noche ante un colmado club Ameghino y a beneficio de la fundación El Principito. Junto a su banda, integrada por el baterista egresado de nuestra UNVM César Elmo, recreó obras de Roberto Cantos (de Los Copla), de Jacinto Piedra (una deliciosa versión de "Baguala del desengaño") y del Chango Rodríguez (la infaltable "Luna cautiva", en sentido homenaje a su autor), antes de despacharse con sus clásicos como "Zamba y acuarela", "Oye Marcos" y la versión rockera de "Hasta siempre", dedicada al Che.
Ya en plan festivo, convocó a los jujeños (radicados en Córdoba) de Inti Huayra a incluir su poderosa propuesta norteña mediante sikus y erkes. La formación, que había sido ovacionada horas antes, compartió la previa con el ajustado grupo local La Tusca, el prometedor conjunto Trinares de Alto Alegre y con el humorista catamarqueño El Bomba Contreras.
Juan Ramón Seia