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Los invitados en otro pasaje del encuentro con EL DIARIO |
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En esta segunda charla promovida por EL DIARIO, hasta fueron evocados los Pactos de la Moncloa.
¿De qué se trata? Se trata de los acuerdos firmados en España en el Palacio madrileño del que reciben el nombre, el 25 de octubre de 1977, entre el Gobierno de la Legislatura Constituyente, presidido por Adolfo Suárez, los principales partidos políticos con representación parlamentaria y las asociaciones empresariales y sindicatos, con el objetivo de procurar la estabilización del proceso de transición al sistema democrático luego de cuarenta años de dictadura franquista.
Otro de los objetivos fundamentales fue el de adoptar una política económica que contuviera la galopante inflación, que tras la crisis del petróleo alcanzaba en España el 47%.
A los pactos se llegó luego de una serie de conversaciones que Suárez (del Centro Democrático y Social) había sostenido con Felipe González (Partido Socialista) y Santiago Carrillo (Partido Comunista).
Al mismo tiempo que se desarrollaban esas tratativas, el ministro de Economía y Hacienda Enrique Fuentes Quintana avanzaba en un acuerdo marco con los nuevos sindicatos legalizados, Unión General de Trabajadores (de orientación socialista), Comisiones Obreras (de orientación comunista) y la Central Nacional de Trabajadores (de orientación anarquista). Hubo mucha tensión inicialmente, pero esta última fue la única que rechazó firmar el pacto con todos los otros sectores, incluidos los empresarios y el Gobierno.
En el terreno político se acordó modificar las restricciones de la libertad de prensa, quedando prohibida la censura previa y dejando al Poder Judicial las decisiones sobre la misma; se modificó la legislación sobre secretos oficiales para permitir a la oposición el acceso a la información imprescindible para cumplir sus obligaciones parlamentarias, etcétera, etcétera.
En materia económica se reconoció el despido libre para un máximo del 5% de las plantillas de las empresas, el derecho de asociación sindical, el límite de incremento de salarios se fijó en el 22% (que era la inflación prevista para 1978), etcétera, etcétera.
Firmaron decenas de partidos además de los nombrados, incluidos varios nacionalistas, tanto vascos como catalanes.
Los acuerdos fueron ratificados posteriormente en el Congreso y el Senado. Y resultaron el punto de partida para un proceso de recuperación institucional que ya no se detendría.
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