Un joven albañil de Villa María recuperó ayer la libertad al cabo de un juicio en el que el fiscal de Cámara acusó por una calificación legal diferente a la que se fijó en la instrucción de la causa.
El cambio de carátula posibilitó que Jesús Alberto Pérez recibiera una condena de tres años de prisión de ejecución condicional (es decir, en suspenso), con lo cual recuperó la libertad por el tiempo que llevaba detenido.
Para que quede más claro, Pérez, de 20 años de edad, llegó a la audiencia de debate imputado como presunto autor de “homicidio en grado de tentativa”, agravado por el uso de arma de fuego y reiterado (dos hechos), que tuvo como víctimas a dos hermanos domiciliados en barrio San Martín de esta ciudad.

@ Otra carátula

Sin embargo, a poco de iniciado el proceso oral y público, el fiscal Francisco Márquez solicitó que se cambiara la calificación legal y acusó al trabajador de la construcción por el delito de “disparo de arma de fuego” reiterado (dos hechos), a tenor de lo establecido por el artículo 104 del Código Penal de la Nación.
Dicha norma legal establece que “será reprimido con prisión de uno a tres años el que disparare un arma de fuego contra una persona sin herirla”, pero el segundo párrafo precisa que dicha pena “se aplicará aunque se causare herida a la que corresponda pena menor, siempre que el hecho no importe un delito más grave”.
Al protagonizar el episodio delictivo que lo llevó a la cárcel, Pérez efectuó varios disparos en contra de los hermanos Eduardo y Henry Zabala, ocasionándole lesiones leves que demandaron entre 10 y 15 días de curación.

@ Discusión y tiros

El hecho en cuestión se produjo alrededor de las 11.30 del martes 7 de octubre de 2008 en calle Gorriti del citado barrio villamariense, más precisamente frente a la casa de los Zabala. Hasta allí Pérez llegó y luego de mantener una discusión con ambos hermanos (no trascendieron los motivos del enfrentamiento verbal), sacó de entre sus ropas un revólver y efectuó varios disparos, hiriéndolos levemente.
El agresor se entregó a la Policía un mes después, concretamente el 10 de noviembre, y desde entonces se encontraba privado de la libertad, acusado como presunto autor de “tentativa de homicidio” y a la espera del juicio.
Si bien la condena finalmente aplicada representa el máximo establecido por la legislación para el “disparo de arma de fuego”, Pérez pudo acceder a una sanción en suspenso -y con ella, la libertad- porque carecía de antecedentes penales.

@ Juez y partes

La audiencia fue presidida por el camarista René Gandarillas y, además del fiscal Márquez, contó con la participación del abogado Marcelo Martín Silvano, mientras que la secretaria actuante fue Gabriela Sanz.
Cabe señalar que a poco de comenzado el juicio, Pérez declaró en relación al hecho y reconoció su responsabilidad penal, confesión que permitió que las partes decidieran incorporar por su lectura la totalidad de la prueba testimonial obrante en el expediente.
Luego fue el turno de los alegatos, oportunidad en la cual el titular del Ministerio Público solicitó el cambio de carátula y el pedido de pena que al final se terminó aplicando, previo acuerdo de la defensa.