Eran alrededor de las 19.30 de ayer y el minimercado ubicado en Joaquín V. González 131, del barrio Santa Ana estaba trabajando a pleno. Una mujer embarazada, dos chicos y otras tres personas hacían compras para la cena.
Pablo Pozzi (28), propietario del negocio y ex jugador de Alem de Villa Nueva, estaba en la caja y una empleada atendía al público en la fiambrería ubicada al fondo del local.
Tres sujetos con los rostros semicubiertos (usaban gorros y cuellos altos) irrumpieron en el local. Uno de ellos estaba armado. Pasó detrás de la caja y apoyó el cañón de la pistola en la espalda de Pozzi, a la altura de los riñones.
“Tirate al piso y dame la plata”, le dijo al comerciante.
Cundió la alarma y el temor entre los clientes y la empleada. Todos se refugiaron en la parte posterior del local.

Se peleó con los asaltantes

“Yo me resistí y me pegó un culatazo en la cabeza; pero no me dejé amedrentar. El tipo abrió la caja e intentó meter la mano, pero yo volví a cerrar el cajón. Nos trenzamos a pelear”, relató el comerciante a EL DIARIO.
“Le pegué una trompada y se le cayó el arma. La pateé hasta donde no la pudo alcanzar, y lo hice caer. En ese momento, supongo, los otros dos volvieron a abrir la caja y se llevaron el sencillo. Unos 300 pesos en efectivo, en billetes chicos. Los billetes grandes, los dejaron. Y salieron corriendo. El que peleaba conmigo, también huyó. Y yo lo seguí”, Pozzi revivió con detalle el asalto que, según su propia estimación “no duró más de cinco minutos”.
“Cuando llegamos a la vereda, se cayó. Y ahí alcancé a pegarle. Pero consiguió escapar finalmente. Andaban en dos motos, que habían dejado en la calle. Y una de ellas, no les arrancó de primera; tuvieron que irse a pie y volver por la moto ninutos después. Eran unos novatos...”, expresó el comerciante, quien aseguró: “Nunca los había visto antes, pero al que peleó conmigo lo puedo identificar perfectamente”.
- Entonces, en la huida ¿abandonaron el arma dentro del negocio?
- “Sí. Cuando vino la Policía y la recuperó de abajo del mueble donde la había pateado yo, descubrieron que era una réplica; ¡un arma de juguete!”, dijo el propietario del minimercado.
Pozzi y su madre son dueños del negocio desde hace 10 años y esta es la primera vez que son asaltados.