Estaban todos. Los más viejos y los más jóvenes. Los que ganaron elecciones y los que las perdieron. Los de distintos sectores. Se notó por la presencia de la militancia, que todos los dirigentes radicales habían trabajado para reunir la gente que colmó las instalaciones del Club Rivadavia superando cómodamente las 1.000 personas.
Fue el acto de cierre de la Unión Cívica Radical, que contó con la presencia del candidato a diputado nacional y actual diputado Oscar Aguad y del candidato a senador y actual intendente de Arroyo Cabral, Pablo Alcalino, además de jefes comunales de distintas localidades.
“Volveremos, volveremos” fue el cántico elegido para el partido que viene de atravesar una profunda crisis.
Alcalino eligió pocas palabras para su discurso y priorizó un pedido: “Si cada uno de nosotros busca cinco votos, ganamos”.
A su turno, Oscar Aguad procuró resaltar la mística partidaria.
Planteó un discurso destacando los valores de Amadeo Sabattini y Raúl Alfonsín, asegurando que son “la síntesis de fin de siglo y mediados de la UCR”.
Otro punto que remarcó fue el de “la importancia de contar con un partido que te reciba en cada pueblo” en comparación con los dirigentes que no tienen una agrupación partidaria que los contenga, dejando dudas si se refería a Luis Juez o a Eduardo Accastello.
Fue muy crítico con el kirchnerismo pero remarcó que “los peronistas de Córdoba se tienen que hacer cargo, porque tanto Juez como Schiaretti mandaron a su gente a votar a Cristina (Kirchner)”.
Señaló que desde la gestión kirchnerista “se producen en Córdoba menos autos, hay menos fábricas, menos granos y menos leche. No podemos elegir ese camino”.
Asegura que la propuesta radical es la única que impulsa un modelo diferente. “Un modelo basado en la producción del entramado agroindustrial” y en el que “la distribución de la riqueza sea con puestos de trabajo y no con bolsones y subsidios”.
Finalmente, destacó la presencia de jóvenes “que se comprometieron porque están hartos que le roben el futuro”.
Confió en ganar Capital y aseguró que el interior “está peleado”.