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Nora Bedano es elogiada por una lectora |
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@ “Gracias CEC”
El 21 de junio hizo exactamente quince meses que naciste, Paulina. Un año atrás, para esta fecha, era Viernes Santo y los dolores comenzaron pasaditas las once de la noche. Tu llegada se hizo anunciar y todo fue muy rápido, naciste cerquita de las dos de la madrugada, eres bella, sólo que en el apuro de sacarte te quebraron la clavícula.
Una semana después, con papá nos enteramos que aparte de las quebraduras tenías una luxación plexo branquial del brazo derecho. Y en la ignorancia de no saber qué tenías recorrí y llamé a todos los centros de salud de la ciudad, buscando un neurólogo infantil que te atendiera. No lo conseguí y el que venía de Córdoba atendía una sola vez por semana y el turno más próximo en espera eran dos meses.
Lloré y recé tanto que Dios me escuchó y me mandó dos ángeles: Gustavo y Verónica, papás de Ramiro, una personita con el mismo diagnóstico que mi hija.
Ellos me brindaron los datos suficientes para llevarla a un especialista de Córdoba.
Al mes de vida, comenzaron las rehabilitaciones, el fisiatra y la kinesióloga habían coincidido en que la recuperación consistía en asistir a tres sesiones semanales.
Su bracito, el codo y hasta la mano se giraban hacia adentro. No puedo explicar el dolor que sentía, me decían que no era nada y que había cosas peores, pero me imaginaba el futuro de mi nena y lo veía oscuro. Las sesiones eran caras y entre que la neuro-kinesiología infantil es poco difundida y pocos la tratan en la ciudad, mi mutual encima no lo cubría.
Hace diez años que trabajo, que hago mis aportes y que pago una obra social. Pero en el momento que las papas queman, la mutual AMMA Salud no estaba, no me escucharon, me cerraron las puertas y la gran excusa fue que ya no hacían reintegros.
Yo, sin saber qué hacer me acerqué al gremio. Al que también aporto todos los meses, y ellos sin preguntas y sólo presentando la factura mensual me cubrieron la terapia.
Hoy, después de meses de recuperación mi hija fue dada de alta temporalmente. Quiero agradecerle Alfredo, por medio de esta carta, su gran colaboración, porque si todos fuéramos de corazón tan grande como usted, no sólo tendríamos una ciudad mejor, sino también un país lleno de amor y esperanza.
V.S.C.
DNI 29513273
@ Agradecimiento II: a Bedano y Vivó
(Enviada el 23 de junio). Quiero agradecer a la señora Nora Bedano y a Verónica Vivó por lo que me están brindando, una mejor calidad de vida, ya que padezco cáncer, enfermedad con la cual vengo luchando desde hace varios años.
Después de varias quimioterapias no dio resultado, ya que mi enfermedad avanzaba, a su vez necesitaba una droga de altísimo costo que no está a mi alcance ya que no se encuentra en nuestro país, necesito seis cajas y cada caja tiene un valor de diez mil pesos. En todos estos meses, y desde el mes de enero, ando golpeando puertas y nunca tuve respuesta, quedando mi expediente guardado en un cajón. Yo había perdido las esperanzas y es como así en un acto de desesperación mi hermana Ana le pide a Verónica Vivó que ayude a “su hermana Silvia” que se va a morir. Fue así como conseguí una audiencia con Nora Bedano.
Cuando llegó el momento de la audiencia vi frente a mí a una persona extraordinaria, que lucha por los enfermos y los vecinos y quedé muy sorprendida por la movilidad de llamadas junto a su equipo para localizar mi droga.
Gracias a Dios, y a ellas, desde el martes 16 de junio he recibido mis ansiadas y esperadas drogas.
También, quiero agradecer al doctor Mario Zanettini por haberme contactado con el doctor César Suárez y agradecerle a la enfermera de Oncología, Rosana Godoy.
Gracias, también para el director y vice directora del Hospital Pasteur y no me quiero olvidar de mi Villa Nueva, como así también del personal del Hospital Comunitario: Marisa Díaz y Gabriela Frossasco.
Gracias, por brindarme una mejor calidad de vida.
Silvia Martín
DNI 14050780
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