Con tanto manoseo que sufre el fútbol, con tantos “chantas” que lo rodean, con tanto aburrimiento de tribunas y con tantas mentiras que bajan desde los televisores, ha llegado, y ojalá se instale para siempre, un espíritu de frescura, de aire renovado y del tan extrañable lirismo.
Ese espíritu tiene un rótulo: Huracán.
El próximo domingo, el equipo de Parque Patricios, llegado a la primera división no hace mucho, cargado de problemas y navegando en medio de oscuras tormentas, disputará el título de campeón de la máxima categoría del fútbol argentino, frente a Vélez.
Pero, si no lo logra, no quedará olvidado como quedan los subcampeones. Será siempre recordado por brindar alegría en el césped, por jugar, siempre jugar. Por gustar, siempre gustar. Por amar a la pelota.
Salvando las distancias, hace 35 años, Holanda terminó siendo subcampeón del Mundial de Alemania. Y afortunadamente quedó en el recuerdo.
Un ejemplo al tiempo, un joven Fernando Niembro como notero en el campo de juego le consultó a un árbitro del momento ¿quién es la mejor selección que viste?, y el referí le contestó “Brasil del ‘70 y Holanda del ‘74”, por lo que el periodista le dijo que “pero Holanda no fue campeón”, y entonces el hombre de negro le volvió a explicar “usted me preguntó lo mejor que vi, y si no consulte al público de qué se acuerda... si del campeón Alemania o de Holanda.
Siempre, alrededor del fútbol, estuvo el debate sobre qué importa: “únicamente ganar” o “jugar bien”. Valdano, en su libro “Los cuadernos de Valdano”, indica que “todos queremos ganar y cada uno lo intenta a su manera. ¿Cómo hacemos para ganar? ¿Qué idea usamos?, ahí empieza el debate, no antes”.
Desde que Angel Cappa asumió la dirección técnica de Huracán, no hace mucho, hizo el cambio de sombras por fútbol. Fiel a sus convicciones “menottistas” (felizmente), Cappa le inyectó juego en las venas a sus jugadores, casi desconocidos hasta entonces y hoy, amantes de la pelota, se han contagiado de un mensaje simple, puro y cargado de bohemia.
Huracán sostuvo un sistema táctico en todas las fechas que se llevan jugadas del torneo Clausura 2009, lo que le permitió anotar el 71% de los goles en acciones con pelota en movimiento.
Angel Cappa usó por lo general el 4-3-1-2, que ganó en elasticidad con la inclusión del mediapunta Matías De Federico como acompañante en el ataque de Federico Nieto, además de sumar a su estrella, Javier Pastore, para lograr ese triángulo ofensivo.
No obstante, más allá de éstos, la pieza clave de este Huracán pasa por el cordobés Mario Bolatti, un volante central con todos los pergaminos, debido a que organiza el juego, distribuye, marca presencia y desde su salida comienza a desarrollar el fútbol del “Globo”.
Y ese 4-3-1-2 tuvo distintos intérpretes: de 8 jugaron Leandro Díaz, Alan Sánchez y Patricio Toranzo; César González y Toranzo fueron mediocampistas izquierdos; Esmerado actuó dos veces como primer marcador central; Kevin Cura fue 6 y 3, y Leonardo Medina remplazó en tres encuentros a Nieto.
Es decir, nada estático... todo elástico. Sin dramatismos de ninguna naturaleza.
Gracias a la continuidad del sistema táctico, diez jugadores de la formación-base de Huracán marcaron goles, con la excepción (considerando las dos últimas presentaciones) de Leandro Díaz. Además, el equipo de Parque Patricios no marcó tantos de tiro libre directo ni de penal.
Huracán jugó 18 partidos, ganó 12, empató 2 y perdió 4. Marcó 35 goles y recibió 18. Obtuvo 38 puntos sobre 54 (70%).
Como local, jugó 10 partidos, ganó 8 y perdió 2. Marcó 22 goles y recibió 8. Obtuvo 24 puntos sobre 30 (80%).
Como visitante jugó 8 partidos, ganó 4, empató 2 y perdió 2. Marcó 13 goles y recibió 10. Obtuvo 14 puntos sobre 24 (58%).
Tuvo como mejor racha 9 partidos invicto (desde la novena fecha hasta el presente), en los que obtuvo 25 puntos sobre 27 (92%).
La mejor serie fue de 5 triunfos (desde la 14ta. fecha hasta el presente).
A veces los números son indicativos de lo que es jugar al fútbol en casa o fuera de ella. De ser fiel a un sistema con o sin los mismos jugadores. Siempre asumiendo como prioridad hacer más goles que el rival, no importa cuántos sean ni en uno ni en otro arco... como ocurría en los potreros.
Hoy Huracán es la frescura del fútbol nacional, como hacía mucho no se podía disfrutar. Está primero en la tabla de posiciones, pero eso es apenas un detalle, aunque la reflexión parezca exagerada.
Lógicamente, que este fútbol de alto vuelo, que viaja en “globo”, merecería un título para que el juego de los “locos”, los líricos y los bohemios, sea reivindicado con un magistral broche de oro.
Lamentablemente son pocos los Cappa y siguen teniendo influencia los Bilardo. Pero no importa, este ejemplo tal vez convierta sus semillas en sabrosas cosechas. Que así sea.
“Me gustaría que supieran, aquellos que me enseñaron a soñar, que aún sigo en ello.” Jorge Valdano
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